Ya pasaron dos semanas desde que el símbolo de las víctimas del terrorismo fuera tachado por el odio de la Organización Madres de Plaza de Mayo. El martes pasado, le dejamos el campo libre a la señora presidenta para que pudiera organizar con tranquilidad el acto partidario de respaldo a su figura, que por supuesto fuera pagado por todos los argentinos.
En dicho acto, Hebe de Bonafini, la presidenta de la madres del odio, le hizo entrega a la presidente de su pañuelo blanco, en reconocimiento al apoyo brindado a su organización. Un abrazo entre ambas ponía al descubierto la hipocresía del llamado al diálogo de la esposa de Néstor Kirchner.
Mientras observaba esa imagen, pensaba en la señora Hebe profanando la Catedral, festejando la muerte de Juan Pablo II, aplaudiendo el ataque a las Torres Gemelas, o apoyando abiertamente a la FARC o a la ETA ¿Qué mérito puede tener una persona que desde siempre ha reivindicado el odio como motor de la historia y que llama a los alumnos de los colegios que visita “mis pequeños guerrilleros”?.
La misma que tacha con pintura roja el símbolo de las víctimas del terrorismo y que amenaza con sacarnos corriendo de la Plaza. Esa persona era congraciada por la presidenta de ¿todos? Los argentinos.
Cristina es Hebe, Cristina es D´Elía, Cristina es Pérsico, Cristina es Chávez... Cristina es el camino a la confrontación y a la violencia. Cristina es la negación del diálogo y del pluralismo. Dime con quien andas y te diré quien eres... dice el lema popular... y ya todos sabemos quienes están al lado de la señora presidente.
Pero nada ni nadie podrá amedrentarnos... el martes 08 de abril a las 18:00 hs volveremos a la histórica Plaza de Mayo. Queremos que el símbolo de las víctimas ponga de manifiesto la magnitud de la tragedia que vivió nuestra patria en la década del 70. Con espíritu pacífico, con serenidad, pero con firmeza, volveremos a reclamar por el olvido discriminatorio a que son sometidas las víctimas del terrorismo... y nuevamente pediremos el juicio y castigo a los terroristas de aquel período demencial.
Esperamos contar con tu presencia...
María Cecilia Pando
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