martes, 29 de enero de 2008

No abandonen a mi padre...

Hola:
Soy María Virginia Losito, hija del Coronel Horacio Losito, quien se encuentra privado de su libertad hace más de 3(tres) DOLOROSOS Y AGONIZANTES años.

En este momento esta detenido en la Penitenciaria Federal 34;(antes penal de Campo de Mayo) Obviamente con un estricto régimen penitenciario, (privado de los medios de trabajo y alejado de su abogado que disponía para preparar su defensa, etc.)

En el horario de visitas se aplican los controles reglamentarios del servicio penitenciario federal que seguramente se endurecerán a medida que pasen los días, en cuanto a tiempo de permanencia y requisitos para poder entrar: limitando de esta manera el Oxigeno que como un enfermo terminal necesita para prolongar su vida. Como si esto fuera poco, quien va a visitarlo no pregunta más por el Coronel Veterano de Guerra de Malvinas Horacio Losito, sino por el INTERNO LOSITO DEL PABELLÓN “A”.

Pronto será trasladado a un lugar más oscuro e inhóspito para cualquier ser humano Inocente; será llevado mientras dure el Juicio, a la Unidad Penitenciaria 7 del Chaco (U7) donde habitan los peores criminales del país, de esta manera pasa a ser un delincuente más conviviendo con los peligros característicos de una cárcel.

La finalidad de este terrible e-mail es para informarles, transmitirles y comunicarles o recordarles que el día 5 de febrero del 2008 empezará el show mediático político, en el cual MI PADRE SERÁ FUSILADO PÚBLICAMENTE en un juicio turbio, oscuro y con la sentencia ya pergeñada y dictada por los jueces y decidida por el propio poder político. En la causa que se lo acusa en el expediente caratulado como: “Nicolaides Cristino y otros…” expe. Nº 460/2006 de Registro del Tribunal Oral en la Criminal Federal de Corrientes.

Es por esto que les pido a través de este mail que NO LO ABANDONEN!!!. Como amigo, hermano, camarada, SOLDADO. NO LO DEJEN SOLO!!!, él los necesita! Mi padre combatió varias guerras, cayó prisionero, fue herido y luego condecorado con las más altas condecoraciones de guerra, profesando siempre su INQUEBRANTABLE VOLUNTAD DE VENCER, superó todos los obstáculos, pero ahora se enfrenta a otro tipo de guerra, que en cierto modo desconocemos, lleno de venganza, ira, rencor y ambición por el poder y el dinero, lleno de CORRUPCIÓN y por sobre todo POLÍTICO.

Mi padre es un SOLDADO y como tal JAMÁS abandono ni abandonaría a un CAMARADA en la situación extrema que pudiera encontrarse, ya lo ha demostrado en varias ocasiones. Es paradójico como un hombre respetado, querido, admirado, seguido, condecorado, reconocido y prestigioso, pudo de un día para otro ser OLVIDADO, por aquellos que alguna vez lo han llamado héroe y transformado en una especie de disfraz de delincuente entregándolo a la voracidad de los feroces leones hambrientos de venganza.

Lo irónico de toda esta pesadilla que estamos viviendo en familia día a día, es que en esos oscuros y turbios años de los ’60 y ’70 donde se vivía una GUERRA TERRORISTA SUBVERSIVA y se combatió finalizándola, pudiendo hoy vivir en un País más tranquilo y no en una especie de Cuba Comunista, ni en una Colombia donde todavía existen cientos de rehenes y el miedo persiste en las calles, al igual que existen muchos casos como el de “Betancourt”. Todavía tratan de combatir el terrorismo y no pueden. Nosotros si pudimos, pero al parecer mi padre pasó a ser el ideólogo de todo, culpándolo de aberraciones que sucedieron cuando solo era un joven subteniente a teniente integrando una Brigada de solo 1.000 hombres.

POR FAVOR HAGAN MEMORIA COMPELTA!!! Creo que cerrar los ojos, mirar hacia el costado y hacer oídos sordos a esta situación, bajando los brazos, diciendo que es tarde para hacer algo y no involucrarse (lo cual pienso, que en mayor o menor medida TODOS ESTAN INVOLUCRADOS, sino que “arroje la primer piedra…”), es la posición más cómoda a tomar. Pero recuerden, NUNCA ES TARDE! Siempre se puede hacer algo, la mínima acción, movilización, gestión o contacto, pasa a ser algo grande y además gratificante para nosotros y mismo para ustedes y sus conciencias.

Esta en una pelea de TODOS. Hoy le toca poner el cuerpo y alma a mi padre, mañana…nadie lo sabe! No se escondan, no huyan…pelen junto a nosotros, cuenten con nosotros… queremos contar con ustedes!!!

Es una Oportunidad para demostrar de qué valores están formados, es el momento de hacer una elección de caminos, el de la valentía, camaradería, o el camino de los tibios cobardes traidores, que como ratas se esconden y evaden una realidad que les compete. Nunca es tarde, así ya tuviera la sentencia escrita y dictaminada, seguiremos peleando, no nos rendiremos jamás .Mi padre es un soldado inocente, y jamás bajaremos los brazos, no nos van a ganar. Apelaremos las veces que sean necesarias, y llegaremos a las instancias que lo acredite. No sabemos cuando terminara este calvario, pero si sabemos que juntos y con la ayuda que puedan brindarnos ahora y en los siguientes (días, meses, años) seremos más fuertes para poder enfrentar esta lucha, lucha en la que estamos llamados todos a enfrentarla y terminarla de una buena vez por todo.
Dios y su familia estamos PRESENTES y afrontamos este momento peleando junto a él, a su lado y JAMÁS bajaremos los brazos, porque sabemos la clase de persona que es mi Padre. Hoy y siempre estaremos ORGULLOSOS de portar el apellido LOSITO y de esta manera ser parte de la Historia una vez más.

Lo que hace grande a mi Padre es su HUMILDAD, sus valores, virtudes, códigos intachables, bases sólidas y una esencia de HOMBRE Y SOLDADO ÚNICO. Es esposo de Cristina Mauriño hace ya 31 años y padre de 5 hijos que siempre nos guiaron por el camino de la verdad, de la Fe y de Dios. Ambos son nuestras fuentes de inspiración y orgullo y lo será SIEMPRE!

Es por eso que les escribo a través del correo de mi Papá para pedirles que cualquier tipo de ayuda, contacto o movilización será agradecida, espiritual o física. Para que pronto esta agonizante pesadilla termine y mi Padre pueda volver con su familia donde pertenece.
Desde ya quiero agradecerles a todos aquellos que desde un primer momento nos apoyaron y acompañaron en esta terrible situación que estamos viviendo en familia. Gracias por su atención, esperaré respuestas concretas.

María Virginia Losito
E-mail: mariavirginialosito@hotmail.com
DNI: 28088939

lunes, 28 de enero de 2008

Un Nuevo Atropello

No tengo el honor de conocer personalmente al Coronel Horacio Losito. Pero sí tengo muchos amigos en común con él. Gente que lo quiere, lo admira y lo venera. Porque aunque “la hora de los héroes ha pasado” quedamos todavía los que seguimos venerando a los héroes.

Nada más conmovedor, en el caso del Coronel Losito, que el testimonio del médico inglés que lo atendió en Malvinas y que se conoció, en su momento, a través de una carta que éste le dirigiera. De Losito he oído hablar a militares y civiles -hombres y mujeres- y a sacerdotes eminentes. Llama la atención la unanimidad en el juicio sobre este militar argentino cuya pertenencia a los cuadros enorgullece a cualquier Ejército del mundo.

Desde hace mucho tiempo, Losito sufre -como tantos otros camaradas suyos- una prisión injusta y arbitraria, prisión que hasta hace pocas horas cumplía en una Unidad Militar, en el lejano Chaco. Pues bien por orden expresa de la Ministra Montonera Garré (con el consentimiento, al parecer, del propio Jefe de Estado Mayor), contra todo derecho, violando la tan declamada legalidad, sin intervención de juez ni de fiscal (según nos informan), Losito ha sido trasladado -junto con sus compañeros de presidio- a la cárcel común (Unidad Penal 7) de la mencionada Provincia.

Si el penal de Marcos Paz es una pocilga inmunda e inhumana, imaginemos lo qué será el Penal del Chaco (tristemente célebre por alojar a delincuentes peligrosísimos que han protagonizado sangrientos motines). A todo esto se han de agregar los factores geográficos y climáticos: la proliferación de insectos y el calor agobiante.

Estoy enferma (en buena parte, creo, por la impotencia frente a tantas injusticias). Concurrí en estos días al laboratorio del Hospital Militar. Un General en actividad, sonriente, luciendo su uniforme, fungía de paciente, igual que yo. Que me perdone el anónimo General (tal vez una buena persona) pero al verlo sentí náuseas. No por él, aclaro, sino por lo que simboliza ¿Cómo se puede ser General, lucir el uniforme, andar, ir y venir, en un Ejército ciego, sordo y mudo al dolor de sus camaradas más antiguos, conducido por un General que ha abdicado de su honor y una Ministra enemiga? Si no se puede hacer nada siempre queda la posibilidad de irse, de renunciar, de no ser cómplice al menos.

Volviendo al Coronel Losito, Veterano de la Guerra Austral, hoy prisionero de guerra, ¿qué grado, que edad, qué responsabilidad tenía en los años de plomo? La Institución en la que actuó y sirvió entonces, bajo órdenes precisas, ¿qué hace hoy? No sólo lo abandona, lo entrega a mano de los enemigos, de los que asesinaron a los camaradas, de los asaltantes de cuarteles, de los terroristas que actuaron al amparo de estados extranjeros.

Tal vez no haya justicia en esta tierra para Losito y sus compañeros de infortunio. Pero a todos nos aguarda una Justicia más alta. Mientras tanto, reciba junto a sus camaradas el modesto testimonio de nuestro apoyo y, sobre todo, nuestras plegarias al Señor de los Ejércitos.

María Lilia Genta
(Publicada en La Historia Paralela el 28 de enero de 2008)

sábado, 12 de enero de 2008

Carta abierta a un joven oficial del Ejército Argentino

Escribo estas líneas a mis compañeros y a mis subalternos. Por eso voy a tratarlos con la confianza con que se trata a los amigos. Al fin y al cabo, hemos forjado toda una vida con valores compartidos, unidos en esa maravillosa vocación que es la carrera militar.

Si, yo sé muy bien cual es tu pensamiento y sé que en tu corazón están grabados los mismos ideales que tuvo el ejército a lo largo de su historia. Se muy bien que te duele la patria. Que sufres en silencio por tus camaradas presos. Que quisieras hacer algo por ellos, pero no aciertas a encontrar el camino más adecuado para lograrlo.

No comparto la visión de aquellos que te acusan de cobarde. Algunos preferirían que tomaras otras actitudes. Sin embargo yo te comprendo. Porque he pasado por las mismas incertidumbres, sin acertar en encontrar las respuestas pertinentes. Te prepararon para otra guerra… y no entiendes como reaccionar en la prolongación jurídico - política de este viejo conflicto interno.

Muchos de los que te recriminan, tampoco te prepararon para el escenario actual. Incluso algunos, cuando hace algunos años te pintaste la cara para defender a tus camaradas, en su momento te acusaron de sedición. Sin embargo, no es hora de pasar facturas. Es hora de encontrar soluciones en forma integrada. Como el 23 de enero de 1989. ¿Lo recuerdas, verdad? Todo el Ejército Argentino se encolumnó a combatir al enemigo terrorista. Leales y carapintadas… oficiales, suboficiales y tropa… retirados y en actividad se unieron a la lucha. La hora de las intrigas y de las divisiones había pasado. Era la hora de la metralla… y para eso sí estabas preparado.

Te escribo para ayudarte a encontrar soluciones. Para pedirte que no te dejes seducir por el canto de sirenas que tratan de fracturar la continuidad histórica de nuestra institución. El ejército ha sido, es y será uno sólo. El de las guerras de la independencia, contra el Brasil, el de la Triple Alianza, el de las campañas contra los indios, de la guerra contra el terrorismo marxista, el de Malvinas, el de las Misiones Internacionales de Paz. Ya sé que lo sabes… perdona que te lo recuerde… no quiero subestimarte. Pero me preocupa que esta estrategia del enemigo encuentre un campo fértil en tu mente.

Tal vez te preguntes porqué te escribo en este momento. Paso a explicarme. El 5 de febrero, cuando todavía el sol caliente del verano tiña de alegría el período de licencias, un hecho terrible se iniciará en la ciudad de Corrientes. No puedes desconocerlo. Tampoco puedes permanecer indiferente. Ese día, varios camaradas comenzarán a ser juzgados en juicio oral y público por su actuación en la guerra de los 70. Entre ellos, dos soldados a quienes seguramente conoces. Porque crecieron profesionalmente a tu lado. Porque tal vez tuviste la suerte de servir a su mando o quizás porque aprendiste de sus manos los secretos de la vida militar en algún instituto de formación.

Me refiero a los Coroneles Losito y Barreiro, que en el momento de los hechos por los que están siendo juzgados, eran un teniente y un subteniente del Ejército Argentino. Sí, escuchaste bien… como ese subteniente que camina por el cuartel soñando con ser un gran capitán. Lleno de ilusiones y de esperanzas. Dispuesto a todo por el bien de su patria. Tenían no más de 24 años. Totalmente alejados de las intrigas palaciegas del poder. Eran soldados… no eran políticos. Habían sido formados para cumplir órdenes en el combate. Y aquello no sería una excepción. Dejemos de lado las acusaciones concretas. Nada de lo que hicieron lo hicieron por fuera de la institución. Está de más que te lo recuerde. Los conoces bien. Has compartido momentos junto a sus familias. Sabes de sus historias. De su probado valor en combate. De sus condiciones éticas para ejercer el mando. Podrán decirte cualquier cosa… pero tú bien sabes que no son asesinos.

Por eso te escribo en estas horas. Cuando hace algunos años aparecía asesinado un fotógrafo en proximidades a Pinamar, todos los medios insistían y siguen insistiendo con aquello de “No te olvides de Cabezas”. Hoy quiero pedirte como soldado que no te olvides de Barreiro, de Losito, de De Marchi, de Piris, de Reynoso. Tenlos presente en tu pensamiento, en tus oraciones, en tus conversaciones, en tus planteos a la superioridad.

En líneas generales, los mandos del ejército han elegido la estrategia del silencio. Quizás con la finalidad de evitar males mayores y preservar al conjunto, han decidido abandonar a su suerte a los blancos elegidos del enemigo. Tal vez sea una decisión políticamente correcta. Pero yo prefiero seguir pensando como soldado.

Permíteme que te recuerde una anécdota de guerra. Seguramente la conoces, porque pasó en la guerra de Malvinas. Un joven teniente, obligado a replegarse a posiciones en la retaguardia, debe dejar en el campo de combate a uno de sus hombres, mal herido e imposibilitado de continuar el movimiento por propios medios.

¿Qué momento para el joven oficial? Les había prometido a sus hombres que nunca los abandonaría… sin embargo la situación lo superaba. Mirando a los ojos al herido, mientras le dejaba agua, alimentos y municiones, en presencia de otros asustados combatientes, le dijo: “Quédese tranquilo… aguante en el puesto. Yo repliego al resto de la sección y muy pronto vuelvo por usted. No tenga miedo… le doy mi palabra que no lo voy a dejar solo”. Temblando de frío y de miedo, aquel hombre se aferró a su fusil, con la confianza puesta en la promesa del teniente. “Vaya tranquilo… jefe… yo aguantaré hasta su regreso”.

Y la historia continúa. Gracias al cielo, la masa de la sección completó el repliegue y a la mañana siguiente estaban todos a salvo. El peligro había pasado, el infierno de la muerte había quedado lejos y todos agradecían el estar vivos. Una terrible lucha interna se adueñaba del jefe de sección. Recordaba su promesa, pero aquella era opacada por el recuerdo de las explosiones, los disparos, la sangre y los muertos. También pensaba en su futuro y en su familia. En su razonamiento también influía otro elemento. Su soldado abandonado había quedado mal herido. Lo más lógico era pensar que hubiera muerto ¿Tenía sentido arriesgar su vida por una simple promesa? Lo mejor sería preservarse para futuras operaciones.

Dos hombres de su sección lo sacaron de sus reflexiones. “Jefe ¿cuando salimos a buscar a nuestro compañero? ¿No habrá olvidado su promesa?” Las palabras de sus hombres le sonaron como una cachetada en pleno rostro. Intentó primero una explicación convincente: que ya nada podía hacerse, que seguramente ya estaba muerto, que era conveniente preservar el poder de combate para futuros enfrentamientos.

“Pero él nos está esperando”, fue la lacónica respuesta de sus soldados. “Usted le dio su palabra”… “¿Cómo podremos volver a confiar en usted si ahora lo dejamos abandonado?”.

La confianza de sus hombres… no lo había pensado de esa manera. En última instancia, el valor de una fracción dependía de su cohesión y esta descansaba en la confianza que inspiraba en su gente. Si ella desaparecía… todo se venía abajo.

Fueron estas sencillas palabras de sus soldados las que hicieron de ese joven oficial un héroe. Porque sobreponiéndose al miedo, salió con algunos de sus hombres a cumplir su promesa. Por supuesto que no fue fácil. Hubo que sortear peligros y dificultades. Por momentos no encontraban el camino. Pero finalmente llegaron y las palabras del herido le hicieron comprender a ese teniente lo correcto de su decisión. “Gracias… jefe… yo sabía que usted no me dejaría abandonado”… y los ojos del teniente se llenaron de lágrimas y el pequeño gran jefe nunca estará suficientemente agradecido a esos dos subalternos, que casi lo obligaron a asumir sus responsabilidades.

Perdona que me haya extendido en este relato de guerra. Pero sirve acabadamente para pintar tu responsabilidad en el momento que nos toca vivir. Hoy los abandonados en el campo de combate son los presos. Han sido abandonados a su suerte por una conducción que no acierta a comprender la magnitud de los efectos negativos de la decisión que han tomado. Necesitan como el teniente de nuestra historia, que los subalternos le recuerden a los mandos, la necesidad de cumplir con la palabra, de ser fieles a la historia… necesitan recuperar la confianza perdida… y tu tienes una grave responsabilidad en esta función.

Habrá quienes te digan que la política institucional de la fuerza por el tema derechos humanos es algo que le compete exclusivamente al Jefe de Estado Mayor. Lo escuché personalmente de boca de un general que con mucha energía pretendía cortar todo diálogo en relación a este tema. Son las excusas del joven teniente. Necesitan calmar su conciencia. Hubo un pensador que dijo que la guerra era algo demasiado importante para dejarla en manos de los generales… Lo mismo puede decirse de la respuesta institucional en el tema derechos humanos. Es demasiado importante para dejarla exclusivamente en manos de la superioridad.

Con respeto, con altura, no dudes en presentar tus inquietudes. No temas en hablar abiertamente de estos temas. El negar la existencia de un problema no le brinda solución. Asume tu compromiso. Un amigo ha definido el tiempo presente como la hora del testimonio. Esa es tu función. Dar testimonio donde te toque estar. Con tus superiores y tus subalternos… también con tus pares. No dejes pasar un solo día sin recordar a los camaradas presos. Sin hablar de ellos. Sin pedir a tus superiores aclaraciones al respecto. El general que exigía silencio en estos tópicos ya no está en la institución… pero tu continúas. Los errores cometidos por esta superioridad serán heredados por tu generación en un futuro cada vez más cercano.

Finalmente, si está a tu alcance… no dejes de visitar a los camaradas en desgracia. Algunos están en el Penal Militar de Campo de Mayo, otros en el Penal de Marcos Paz, los menos, en unidades militares. No necesitas permiso para ello. Nadie te puede negar ese derecho. Ellos lo necesitan… tu sabes que no son delincuentes. El enemigo cuenta con tu “excesiva” prudencia para quebrar su voluntad. No los dejes solos… Ellos estarán bien si saben que cuentan con tu apoyo, con tu afecto, con tu reconocimiento. El enemigo disfruta de tu indiferencia. No les des el gusto a los viejos terroristas disfrazados de adalides de los derechos humanos. Piensa y actúa como soldado… como lo que eres… sabiendo que nunca se puede dejar abandonado a un camarada en campo del enemigo. Tu testimonio es importante… y aunque inicialmente les moleste… en algún momento, hasta quienes hoy insisten con tu silencio te lo agradecerán.

Mientras tanto, los detenidos siguen esperando poder decir estas palabras: Gracias… jefe… yo sabía que usted no me dejaría abandonado. Y tal vez, como el teniente de nuestro relato, los jefes necesitan de varios subalternos que les recuerden el valor de la palabra empeñada. Y a mi humilde entender, esa es tu responsabilidad en la hora presente.

Mayor ® Pedro Rafael Mercado

HEBE DE BONAFINI Y SU IDENTIFICACIÓN CON LAS FARC

“URIBE TIENE MÁS DE 500 REHENES DE LAS FARC Y DE ESO NO SE HABLA"

Discurso del 3 de enero de 2008

Hebe de Bonafini

“Hoy no voy a hablar ni del calor ni del sol. Voy a hablar de la resistencia de todos, de las Madres involucradas totalmente con nuestros hijos y los que creen en nuestro proyecto que están acá. Me parece fantástico que nos acompañen, que primero sea la obligación, el reconocimiento a la lucha de nuestros hijos. Que primero sea estar en la Plaza. Gracias Diego Kogan por estar, acá estamos las Madres con vos y con tu mamá también.Y bueno, ustedes vieron la importancia que le damos las Madres no, aquí dice “hay un radio, distinta a todas que es la AM 530”. Le damos mucha importancia a la comunicación, para nosotros es fundamental.

Ustedes vieron lo que pasó con Uribe, con Chávez, con las FARC. Uno lo escucha a Uribe y parece que es el único tipo sensato que hay en este país. Y Uribe es una mierda, es un hijo de puta, él tiene más de 500 rehenes de las FARC y de eso no se habla, se habla nada más que de los rehenes que tiene la gente de las FARC y no de los de las FARC que tiene Uribe. Entonces, es tan importante, también la Plaza es la comunicación, porque lo de la Plaza sale por internet, por la radio, sale por esta cuestión que inventó Ermes Barsamoglou, lo virtual, esa cosa extraña que me hizo decir por la radio, que me hizo buscar en el diccionario, sale por la televisión virtual, sale por todos lados, que es una manera de comunicarnos.

Estamos con los compañeros de las FARC, estamos con Chávez, estamos con nuestro Presidente que fue, estamos con todos los que creen que se puede llegar a reconocer a la paz alrededor de los rehenes, pero a intercambiar. Que Uribe entregue a los que tiene y que las FARC entreguen a los que tienen y no que los tenga que entregar nada más que la gente de las FARC.

Todo esto del niño, todo este invento, esta porquería, esto sucio, le dio letra a los medios de la derecha a los que se les había terminado el tema porque ya no se hacía la entrega y le dio letra con lo del niñito. ¿Quién puede pensar que la gente de la guerrilla va a torturar? Sólo en la cabeza de mierda de Uribe puede caber eso. Así que estamos orgullosas de que nuestro país haya participado, amamos a Chávez, sabemos que era verdad, se había conversado. No es fácil compañeros.

Yo hace cinco años estuve por ir a tener una entrevista con Tirofijo y no es fácil ir. Hay que ir en carro, en burro por terrenos escarpados, por montañas. Yo no estaba en condiciones como mujer vieja ya que era, hace cinco años ya era vieja para ir. No es fácil. Los compañeros que han llegado ahí claro, si abren una brecha demasiado grande, Estados Unidos que estaba ahí alerta con toda su metodología, los iba a matar. Porque en la anterior entrega que supuestamente iban a hacer fusilaron a 122 personas, no se iban a poner en ese riesgo. Por eso tenemos que seguir creyendo en las FARC, en Chávez, en nuestro presidente y no en lo que dice Uribe. Uribe es un hipócrita, un falso, un gran hijo de mil putas.

Yo nunca hablo de mis casos, de mis hijos, de… Ustedes saben que nunca lo he hecho, pero en estos días estuve pensando mucho. Porque hace tiempo que está preso, en el domicilio como un rey el comisario de la comisaría quinta, Osvaldo Sartorio. Estaba preso en Mar del Plata con otros hijos de puta como él. Este tipo era el torturador más grande que había en la comisaría quinta. Este tipo torturaba a mi hijo mayor, lo llevaba a las fiestas, hacían asados y comían y lo llevaban a él, ya hecho pelota, torturado, desecho, para divertirse. Como a mí me dijeron que es posible que mi hijo estuviera ahí, yo fui, un día de mucha lluvia, a los pocos días que se lo llevaron y me dio una paliza hasta matarme y me tiró en la vereda de la comisaría. Ahora descubrieron lo que es. Ahora descubrieron, después de tantos años, que tenía armas en la casa, en esa casa que decían que estaba prisionero. Ahora lo mandaron a unas celdas comunes, a la prisión común y se quejan porque están mal. Claro, en las prisiones comunes están mal, tienen calor, no comen. Ojalá les peguen, ojalá reciban lo que merecen. Y desde acá le digo: “¿viste Sartorio? Te llegó, tu mierda te llegó, hijo de mil puta. ¡Te llegó!”

Carta del Foro de ALmirantes Retirados y de la Unión de Promociones Navales al Almirante Godoy

Buenos Aires 2 de enero de 2008
AL SEÑOR JEFE DEL ESTADO MAYOR DE LA ARMADA,
ALMIRANTE Dn. JORGE OMAR GODOY
De nuestra mayor consideración

A raíz del traslado de los Señores Oficiales detenidos por la causa ESMA al penal civil de Marcos Paz, desde el Foro de Almirantes Retirados y Unión de Promociones Navales le hemos solicitado una audiencia a efectos de transmitirle las preocupaciones que esta nueva situación nos ha motivado.

Ante la imposibilidad de concretarla, luego de transcurridos quince días desde su solicitud, y dada la urgencia que el tema reviste utilizamos este medio para cumplir con el propósito indicado.

Desde que comenzaron las detenciones de nuestros camaradas, su situación ha ido empeorando progresivamente, hasta alcanzar el punto actual que consideramos el más bajo, el más humillante y en el que las condiciones de detención han pasado a ser vejatorias. Todo ello fue oportunamente expuesto al Sr. Jefe en la carta que le dirigiéramos en el segundo semestre de 2006, tendiente fundamentalmente a que se fijara un limite a tan arbitrario trato.

Cuando se inició la revisión judicial de los hechos acaecidos en la década del setenta, el ex JEFE DE ESTADO MAYOR de la Armada Almirante Arosa manifestó, en un escrito dirigido a sus comandantes subordinados: “El personal de la Armada que cumplió con su deber, recibiendo las órdenes vía de Comando establecida y que actualmente o en el futuro pueda ser cuestionada su actuación, contará con todo el apoyo de la Institución en virtud del principio militar de obediencia y responsabilidad que caracteriza la relación entre subordinado y superior.”

A partir de allí todas las administraciones que le sucedieron avalaron esta definición.
Hace tiempo que los Oficiales detenidos vienen bregando para que las autoridades navales hicieran alguna demostración tendiente a dejar en claro, ante el frente interno especialmente, que lo actuado por ellos fue un acto de servicio, y que cumplieron órdenes institucionales, máxime teniendo en cuenta la baja jerarquía que ostentaban en esa época. Como nunca lo consiguieron, cada vez más se acercan al convencimiento de que serán juzgados como simples delincuentes comunes, que era justamente lo que querían evitar, fundamentalmente por respeto a la Armada, pero también por sus familiares y por ellos mismos.

Nuestros camaradas siguen siendo Oficiales de la Armada, por lo que consideramos que no se puede permanecer impasible ante la situación planteada. Los detenidos son solo procesados, gozando por ello del estado de inocencia, y están sometidos a proceso por su desempe­ño como integrantes de la Armada de la República Argentina en el período 1976/1983, por lo que mientras conserven su estado militar tienen amparo de la ley de PERSONAL MILITAR 19.101, que prevee el alojamiento en unidades militares durante el proceso (art. 315 Códi­go de Justicia Militar), estando este precepto, según se nos ha informado, vigente desde que la propia Cámara Federal que entiende en la causa. , ha dispuesto “mantener a los procesados en guarniciones militares bajo la custodia del Servicio Penitenciario Federal (SPF)”

En aras de la continuidad histórica, no tratar de hacer efectivos los conceptos de los párrafos anteriores, pondrá en riesgo, la cohesión de la Armada, no solo entre el personal en actividad y el retirado, sino dentro de la Institución toda. Los que cumplieron órdenes no merecen ser abandonados a su suerte ante la acción de una justicia que está muy lejos de ser imparcial.

Somos concientes, que la reversión de la medida es difícil especialmente por que la prisión militar de Campo de Mayo, al ser desalojada por nuestros detenidos, ha sido ocupada con detenidos del Ejército, haciendo una discriminación evidente entre las dos fuerzas. No sabemos si para ello la fuerza Ejército ha influido o no en la decisión del Juez, pero para mantener la equidad consideramos necesario que nuestro personal sea alojado en lo que la Armada misma creó, como prisión naval, en la ex Base Naval de Río Santiago.

Por otra parte, en la reunión con Presidentes de Promoción realizada en el mes de Agosto, en la que participaron varios de los integrantes de este Foro, usted manifestó “que se le habían efectuado las modificaciones necesarias para ser habilitada por las Autoridades Judiciales y que era optimista sobre el éxito de las gestiones que se estaban realizando para retrotraer la situación y lograr su regreso a Río Santiago".

Dentro del contexto en el que nos encontramos actualmente con estos cambios, consideramos que hay que hacer todo lo posible para contrarrestar el embate y tratar de lograr acciones eficaces que retrotraigan la situación actual a un estado anterior en el que la habitabilidad del lugar de detención sea acorde con la condición de Oficiales Navales o que por lo menos se cumplan con lo que han fijado las mismas consideraciones judiciales: prisiones militares custodiadas por el SPF y no prisiones civiles.

Concientes de que es responsabilidad del Jefe de Estado Mayor la conducción de todo el personal de la Armada, estamos plenamente convencidos de que el mayor efecto para lograr justicia a nuestros camaradas, lo puede obtener usted.

Como complemento, una vez más, le ofrecemos llevar a cabo las acciones que estime conveniente para apoyarlo y ayudarlo a conseguir lo indicado.

AGREGADO: Instrucciones del AL AROSA a sus Comandantes subordinados

EDUARDO RODOLFO LLAMBI EMILIO OSSES
Vicealmirante (RE) Almirante (RS)
En representación del En representación de la
Foro de Almirantes Retirados Unión de Promociones Navales

Más de la Justicia Kakista...

En Prensa Obrera N° 970 salió una nota titulada “Amia: se cierra el encubrimiento judicial. Un premio de Kirchner para el fiscal” (pág. 2). En la nota se denuncia al fiscal de la causa Alberto Nisman, que emitió un dictamen culpando al Hezbollah y a Irán, e incluso pidió la captura del ex presidente iraní Rafsanjani sin fundamento alguno.

Se informaba que el mismísimo Bush “felicitaba” la resolución de Nisman y se denunciaba que, a cambio de los favores, su esposa había sido nombrada jueza en San Isidro. Su nombre es Sandra Elizabeth Arroyo.

Sandra Arroyo Salgado

Con fecha 4 de noviembre fue publicado en el Boletín Oficial el decreto con firma de Kirchner que nombra a la Dra. Sandra Elizabeth Arroyo Salgado (de Nisman) como titular del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional Nº 1 de San Isidro, en la Provincia de Buenos Aires.

“La elección sorprendió en el Poder Judicial, teniendo en cuenta la experiencia judicial de los candidatos que compitieron por el cargo” (La política online). Resulta muy llamativo que el “premio” para la señora del fiscal de la causa Amia sea en el mismo juzgado donde llegó la causa de la muerte dudosa de Febres.

Si lo analizamos quién es el victimario??

No olviden que apenas murió Febrés el abogado querellante Yanzón salió a decir que los militares tenían que estar en cárceles comunes.
Si Febrés no habló en todo el juicio lo iba a hacer el último día.????
Si el juez de la causa Esma, Torres, es el primero en no querer llamar a nadie más a declarar.
El pacto de silencio se quebró hace tiempo cuando los condenados todos, no solamente Febres , vieron que la institución los había dejado solos.

Tener siempre presente que para esta magistrada los únicos posibles culpables de la muerte de Febrés son los familiares y la Prefectura, sin considerar otras hipótesis, que bien merecerían una especial consideración. Se olvida la jueza de los únicos realmente beneficiados con esta medida... los montoneros reciclados, especialistas en pastillas de cianuro, que en una sincronizada operación política, aprovecharon la muerte del Prefecto para profundizar su venganza.

miércoles, 2 de enero de 2008

Carta al Pueblo Argentino de la esposa del TCnl (PM) Fernández Cutiello

Al pueblo argentino:

De verdad les digo siento vergüenza de mis compatriotas, de quienes comandan las fuerzas armadas, de su comandante en jefe y de todos los argentinos en general. Vergüenza de su falta de ética, su falta de moral cristiana y de sus deseos de venganza.
Cuando me avisaron que mi marido murió a manos de la subversión solo pensé emulando a Jesús: "señor, perdónalos porque no saben lo que hacen".

Eran simples payasos manejados como títeres para ejecutar acciones que quienes los comandaban no se animaban a ejecutar. Hoy estoy mas que convencida de que eso era cierto. Esos jefes de antes son los que nos gobiernan ahora. Esos que ordenaban bajo las sombras para no correr riesgos. Esos que ahora buscan venganza.

Puedo entender a quienes les mataron a sus hijos porque es lo peor que le puede pasar a un ser humano, no a quienes dicen serlo y que tienen los hijos viviendo en el extranjero. Puedo entender su dolor aunque no tanto en realidad porque no lo he vivido pero no puedo entender sus deseos de venganza eterna.

El pueblo argentino está perdido, olvidó esos años o tiene el corazón de piedra. Ya no se trata de seguir las enseñanzas de Jesús y perdonar a quienes nos lastiman, hoy tratan de hacer el mayor daño posible.

Lo hacen con los niños en las escuelas tratando de que crean que la verdad de la historia es la que ellos cuentan, lo hacen con los ancianos que se desgastan, enferman y mueren en las cárceles sin juicio alguno porque no hay manera de comprobar que lo que el gobierno acusa sea verdad o porque la mayoría de las causas son inventadas…y todo por venganza. Señores del pueblo argentino, señores jueces, señores comandantes de las fuerza armadas, señora presidenta, hay compañeros de mi marido que están presos por luchar contra la guerrilla marxista y no me caben dudas de que si él no estuviera muerto, asesinado por los que él mismo combatió sería un preso político más.

Yo me ofrezco a estar detenida a cambio de alguno que esté enfermo. Estoy sana de cuerpo y de alma y su venganza si me tienen a mí puede durar mucho tiempo, si los tienen a ellos no mucho por su mismo estado de salud. Ofrezco mi libertad a cambio de alguno de ellos, y de esa manera voy a poder devolverle a mi patria un poco de todo lo que quienes nos gobiernan le quitaron. Un país sale a flote por la esperanza de su pueblo y si no la tiene se desvanece.

Señores, hagamos de la argentina un país grande y con esperanza para nuestros hijos.

Liliana Inés Raffo De Fernández Cutiellos
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