domingo, 28 de marzo de 2010

Luis Labraña en Hora Clave

Luis Labraña, el ex montonero que visitó a los militares detenidos por acciones desarrolladas en el marco de la guerra contra el terrorismo, y que tuviera el coraje cívico de decir públicamente la célebre frase del "Todos o Ninguno", asumiendo que él también tendría que ser procesado por los hechos del pasado, estará esta noche en Hora Clave, con Mariano Grondona.

A su frente se encontrará Marcelo Parrilli, abogado de derechos humanos, militante del CELS y mentor del odio permanente. También formará parte del panel el dirigente justicialista Julio Bárbaro.

Todos los que añoramos una Argentina para todos, libre de las ataduras del pasado, donde la concordia nacional se imponga al odio como motor de la historia, nuestro deber es acompañar y apoyar el compromiso del ex guerrillero. No se lo pierda hoy, 28/03/10, a las 21:00 horas en Hora Clave, de Mariano Grondona, en el Canal 26.

Para un argentino, ¿no hay nada peor que otro argentino? Por Mariano Grondona

Columna de opinión publicada en Diario la Nación el día 28/03/10

Una larga tradición nos ha enseñado desde Aristóteles que las pasiones humanas son en cierto modo ambivalentes porque pueden fallar por exceso o por defecto y sólo pueden ser aprobadas cuando arriban a un justo medio alejado de estos dos extremos.

El coraje, para tomar un ejemplo, sólo es encomiable cuando se aleja tanto de la temeridad, que es su exceso, como de la cobardía, que es su defecto. Pero Emanuel Kant observó que algunas pasiones son tan destructivas que "siempre" resultan nocivas y no admiten, por ello, ningún "justo medio".

Este es el caso del odio porque, sea grande o pequeño, siempre daña tanto al odiado como al odiador. Desde la intolerancia hasta la venganza y el resentimiento, el odio discurre a través de diversos canales. Aunque también se pueda reconocer que algunas de sus causas son comprensibles aún así, según Kant, el odio es desde cualquier punto de vista condenable.

Esta introducción nos lleva a una pregunta incómoda. Muchos de los que en la jornada del último miércoles gritaban contra los militares y los civiles que los apoyaron durante los terribles años setenta, cuando tres manifestaciones simultáneas aunque divergentes los repudiaron en la Plaza de Mayo, albergaban razones comprensibles para vocear sus reclamos, pero aun así hay que preguntarse hasta qué punto no los inspiraba un sentimiento de venganza.

Lo que estuvo totalmente ausente de la Plaza fue un sentimiento de concordia y de reconciliación, que es la antítesis del odio, en tanto sería justo preguntarse además si, en el caso de que otros manifestantes se pronunciaran a su vez contra los Montoneros y sus sucesores, no los movilizaría un odio igualmente intenso de signo inverso. Todo ello sugiere que la zanja de la enemistad que cavaron los años setenta, lamentablemente, sigue abierta.

Y no es que un sentimiento de reconciliación y de concordia no haya intentado infiltrarse entre nosotros. Cuando volvió a la Argentina en 1972 y fue abrumadoramente votado al año siguiente, el viejo Perón, que en su momento había proclamado que "para un peronista no hay nada mejor que otro peronista" (lo cual implicaba que para un peronista no había nada "peor" que un antiperonista, un sentimiento destructivo cuya exacta contrarréplica albergaban los antiperonistas), pasó a decir que "para un argentino no hay nada mejor que otro argentino", una expresión de concordia superadora que acogió, desde el otro extremo, un Balbín también reconciliado. Pero justo en ese momento, al lado de la sabiduría adquirida por los dos viejos líderes brotaba impenitente el odio, esta vez entre los Montoneros y los militares.

La sabiduría de Perón y de Balbín tuvo sus continuadores a partir de Alfonsín, cuando dos leyes de concordia, como la del punto final y la de obediencia debida, remataron después en los indultos de Menem y del propio presidente Duhalde, refrendando de este modo la lección de la concordia que en otros pueblos ha dado lugar a iniciativas superadoras como los Pactos de la Moncloa en España y las leyes de amnistía en Uruguay, que el ex tupamaro José Mujica viene de avalar.

La Argentina parecía encaminarse entonces hacia la noble meta de la reunificación espiritual, pero todo esto hasta que Néstor Kirchner resembró imprevistamente en 2003 la semilla del odio que suponíamos en trance de erradicación y cuya más reciente manifestación ha sido el acto en Plaza de Mayo, cuando la señora de Kirchner presidió una serie de recordaciones que rematarían en el discurso incendiario de Hebe de Bonafini.

Un país de "odiadores"

Los Kirchner, ¿continuaron el auténtico sentimiento de venganza que aún portaban de una manera comprensible pero no justificable muchos de los manifestantes de Plaza de Mayo, o lo suyo ha sido, como lo denunció el filósofo Santiago Kovadloff, un mero acto de oportunismo ?
La pregunta es válida porque antes de 2003 el gobernador Kirchner se había destacado por sus excelentes relaciones con los militares a los que después procuraría destruir y por sus exorbitantes elogios al presidente Menem, a quien demonizaría.

¿Qué guió a los Kirchner entonces? ¿Una suerte de "conversión" espiritual o un cálculo táctico para aprovechar un poderoso sentimiento que nunca habían tenido? En contraste con ellos, el ex presidente Duhalde se animó en el mismo día de la Plaza a reclamar la reconciliación entre los argentinos. Las dos pasiones incompatibles del odio y la concordia volvieron de este modo a chocar y cabría preguntarse, en este sentido, si la abrumadora derrota electoral del Gobierno en las elecciones del 28 de junio no se debió, en lo esencial, a que el pueblo argentino se hartó de su lenguaje agresivo.

Pero inculpar solamente a la pareja presidencial por la subsistencia de la agresión a los adversarios convertidos en enemigos sería excesivo, porque las zanjas del odio no han cesado de cavarse a costa de la reconciliación mediante las sucesivas rupturas que asolaron a nuestro país desde el feroz antagonismo inicial entre los unitarios y los federales hasta los fortísimos embates entre el peronismo y el antiperonismo, pasando por el encono que frustró nuestro primer régimen democrático de 1912-1930 por la aguda puja entre los conservadores y los radicales.

Esta observación lleva entonces a una inquietante pregunta: ¿no hemos sido, a lo largo de
nuestra historia, una nación de odiadores en medio de la cual el "sectarismo", es decir, la adhesión a una parte como si ella fuera el todo, nos ha impedido probar una y otra vez los frutos de la unidad, de una suerte de "nacionalismo global", o de patriotismo, cuya clave es que cada sector se reconozca a sí mismo, igual que a su "enemigo" convertido en "adversario", como la "parte" de un "todo" englobante y no como una parte que pretende ser un "todo aparte"?

"Huérfanos de patria"

Esta serie de interrogantes desemboca en la pregunta más inquietante de todas: ¿sentimos acaso los argentinos que, por encima de cada facción, debe resplandecer el horizonte de una patria que no pertenece a nadie en particular sino que nos pertenece a todos porque a ella les pertenecemos todos, tanto los vivos como los muertos? ¿Por qué los argentinos no hemos seguido la senda constructiva de países hermanos como Uruguay, Brasil, Chile y Colombia?

En un poema que escribió el salteño Jorge Armando Dragone pueden leerse estas angustiantes estrofas, cuyo contenido glosamos: "Se nos murió la patria. Era una patria casi adolescente, era una niña apenas. Cuando murió, para la mayoría de la gente fue un día cualquiera. Unos hombres muy sabios opinaban que fue mejor que muriera porque después de todo era sólo una patria. Pero estábamos tristes. Es que esa patria era la nuestra. Es muy triste ser huérfanos de patria .

Sólo después que ella murió, nos dimos cuenta" (Eduardo María Taussig, El Te Deum y otros aportes al Bicentenario , con prólogo del cardenal Jorge Bergoglio, Libros Agape).

Sólo falta ahora que los grupos opositores que se sientan en el Congreso y que, sumados, expresan desde el 28 de junio a la mayoría abrumadora de los argentinos eviten con cuidado la trampa del "particularismo", que es el residuo final de la intolerancia.

El clima que reina entre ellos es extremadamente cordial. Pero, inducidos por el ejemplo insoslayable de ese "maestro involuntario" de lo que no hay que hacer que ha sido Néstor Kirchner, lo que ahora necesitan es elevar la cordialidad que ya exhiben al nivel superior de la convergencia republicana.

¿Sería excesivo concluir que esto es precisamente lo que hoy nos exige, para renacer, la patria olvidada?

El indebido uso de los derechos humanos

Editorial I de La Nación, publicado el día 28/03/10

La consagración de un conjunto de derechos propios de la persona humana en cuanto tal representa uno de los progresos morales más trascendentes que ha protagonizado la humanidad en los últimos tres siglos. La nota esencial de esos derechos es su universalidad. Es decir, que deban ser garantizados a todos los individuos, con independencia de su sexo, condición social, creencia religiosa, nacionalidad o posición ideológica.

No hay peor gestión de los derechos humanos que la que restringe esa dimensión universal. Es decir, aquella que los reconoce a un grupo pero se los niega a otro. Ese es el vicio que corroe la política seguida en esta delicada materia por los dos gobiernos del matrimonio Kirchner. La concepción de los derechos humanos expuesta desde lo más alto del poder durante los actos de conmemoración del 24 de marzo, día del golpe de Estado de 1976, corrobora esa apreciación.

Esa concepción viciada nace de una mala interpretación del pasado. Durante los años ´70, una parte muy activa de la sociedad argentina renunció a la cultura democrática y a los valores republicanos. Como en muchos otros países de América Latina, el respeto al estado de derecho se transformó, para esa fracción, en un prejuicio clasista y reaccionario. Dicha visión, que se escudó primero en la existencia de gobiernos de facto, continuó operando una vez que se estableció una administración elegida constitucionalmente en 1973. La guerrilla, levantándose contra la democracia, sembró el país de sangre y muerte hasta transformarse en terrorismo, extendiéndose a acciones que constituyeron por sus objetivos y alcances una verdadera guerra interna. El Estado, inicialmente desde el mismo gobierno constitucional y luego desde el de facto iniciado el 24 de marzo de 1976, respondió con procedimientos que lo pusieron al margen de la ley a pesar de su pretensión de restaurarla. Todo terminó en tragedia.

Procesar con ecuanimidad un pasado tan dramático es un desafío por momentos inalcanzable para muchas sociedades, pero al que deberíamos apuntar. Son comprensibles las demandas de castigo por parte de quienes, cualquiera haya sido la posición que ocupaban en el arco político, sufrieron la barbarie. Víctimas de ambos lados reclaman justicia, aunque hoy no se escucha a aquellas que sufrieron pérdidas de vida y destrucción por la acción de los grupos guerrilleros.

Las autoridades nacionales deberían cuidarse muy bien de dar una respuesta sesgada a esa comprensible sed de reivindicación. Esta es la deformación más grave de la administración actual. Su política de derechos humanos se funda en un recorte deliberado del pasado que sólo reconoce una parte del drama acontecido. En vez de contribuir a cerrar las heridas abiertas por la tragedia, ese enfoque faccioso reanima la contradicción. En vez de reponer el equilibrio allí donde se había perdido, la bandera de la Justicia es agitada para reinstalar la lucha, ahora con espíritu de venganza.

Se podría suponer que este extravío se debe a que llegó al poder un grupo que, habiendo protagonizado con intensidad aquel tramo violento de la historia, viene a cobrarse las cuentas que a su juicio quedaron pendientes. No sería éste el caso de los esposos Kirchner. Como ilustran innumerables reconstrucciones biográficas, se recluyeron en su profesión durante el gobierno militar y no pusieron énfasis en la cuestión de los derechos humanos durante su trayectoria como gobierno de la provincia de Santa Cruz.

Por otra parte, se ha observado en otros países que quienes sí registraron una actuación relevante en aquel ciclo turbulento, terminan convirtiéndose, cuando están al frente del Estado, en agentes de reconciliación. El ejemplo más a mano es el del flamante presidente del Uruguay, el ex líder tupamaro José Mujica. Pero también sin haber militado en organizaciones armadas, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, en Chile, o Fernando Henrique Cardoso y Luiz Inacio Lula da Silva, en Brasil, ilustran esa vocación por servir desde un liderazgo nacional a la superación de un conflicto histórico en el que ellos tomaron parte con posiciones ideológicas activas.

La intención con la cual el matrimonio Kirchner abrazó la causa de los derechos humanos sólo cuando alcanzó el gobierno nacional ha dado lugar a innumerables interpretaciones. Son explicaciones conjeturales, como todas las referidas a las motivaciones subjetivas de una conducta. La más habitual afirma que el discurso oficial sobre los derechos humanos está destinado a manipular a agrupaciones abocadas a la defensa de esos valores en beneficio de la creación de poder y de la distracción sobre acciones oficiales menos aceptables.

Hay una peculiaridad objetiva que vuelve muy sospechosa la preocupación de los Kirchner por los derechos humanos. Es su inscripción en una política de extraordinario desdén por otras dimensiones del estado de derecho, la calidad institucional y el imperio de la ley. Es difícil explicar que un gobierno tan preocupado por la reivindicación de esos derechos manipule la Justicia, atropelle al Congreso, ataque a la prensa, invada con los métodos propios de las peores dictaduras la privacidad de los ciudadanos y, en definitiva, ignore a la Constitución como lo hace la administración actual y lo ha hecho la que la precedió. La distancia entre aquella retórica exaltada y esta práctica deficiente es la medida de su hipocresía.

Este uso instrumental y tendencioso de los derechos humanos ha tenido en los últimos meses un par de manifestaciones todavía más sombrías. La señora Fernández de Krichner y su esposo no se han inhibido de utilizar esa consigna para perseguir a quienes ellos consideran sus enemigos. El matrimonio agitó de manera capciosa una causa judicial sobre la identidad de los hijos de la señora Ernestina Herrera de Noble para atacar al Grupo Clarín. Esa misma perversión apareció en el caso de la jueza María José Sarmiento, quien después de fallar limitando el uso de las reservas del Banco Central advirtió cómo se exhumaba una investigación judicial sobre la conducta de su padre, un coronel retirado del Ejército, con 85 años de edad, lo que constituye un claro mensaje intimidatorio a todos los jueces independientes.

Estos dos episodios deberían activar un estado de alarma en quienes tienen preocupación por la calidad de la democracia en la Argentina. También debería llevar a la ciudadanía a recapacitar sobre la necesidad de superar el pasado y mirar hacia delante para construir un futuro apoyado en la reconciliación y en la unión nacional.

Vuelta de Página

Carta de Lectores publicada en Diario La Nación el día 28/03/10

La presidenta Cristina Kirchner desea que los argentinos den vuelta la página de la historia. Sería conveniente que se lo repitiera a la señora de Bonafini, a los diputados Kunkel y Conti, a los ministros Garré y Taiana, al procurador Righi y a todos aquellos que habiendo formado parte de las organizaciones subversivas jamás les pidieron disculpas a sus compatriotas por su responsabilidad en los aciagos setenta.

Sería una buena manera de comenzar a dar vuelta la página. No puede ignorar la señora que hay cientos de militares procesados y detenidos. Como contrapartida, los ex miembros de las organizaciones subversivas gozan de la más absoluta libertad y algunos han cobrado jugosas indemnizaciones. A éstos parece que no les conviene dar vuelta la página.

Raúl Davaro
254 Brewer street Northboro, Ma, 01532

24 de Marzo

Carta de Lectores publicada en Diario La Nación el día 28/03/10

Nuestro calendario histórico tiene fechas donde reconocemos el valor de alguna persona, cosa, parte o situaciones que reflejan una realidad nacional.

El 25 de Mayo nos recuerda la voluntad de transformarnos en un pueblo libre; el 9 de Julio, asimismo, las bases de nuestra independencia legal y socioeconómica. El 20 de Junio, la fecha de la muerte del creador de nuestra bandera, pero el 24 de Marzo ¿qué nos hace recordar? ¿Los desatinos de una represión?, ¿los escalofriantes hechos de un terrorismo?, ¿la muerte de jóvenes, niños y mayores sin sentido?, ¿hechos de traición y cobardía?, ¿el odio y el enfrentamiento? Es un feriado sin sentido patriótico y es, asimismo, un motivo más para diferenciarnos en lo político y emocional.

Propongo que ese día sea cambiado por el día del perdón y olvido, no olvido de los hechos pero sí de los rencores. Ese día no tendría fecha, debería realizarse todos los días como en algunos rituales, donde se da la mano o se saluda por la paz y la amistad, para que así nos reunamos todos en un abrazo fraternal, comenzando una nueva vida sin rencores ni odios, y, con ese verdadero estímulo humano empezar nuestra reconstrucción nacional.

Ricardo H. Valentini
ricardoval@arnet.com.ar

sábado, 27 de marzo de 2010

Caso Sarmiento

Carta de Lectores publicada en Diario La Nación del día 26/03/10

Hace aproximadamente cuatro años, desde la Asociación de Familiares y Amigos de los Presos Políticos de Argentina, iniciamos el duro camino de denunciar públicamente la instrumentación de la justicia con fines de venganza.

“Dame la venganza y no te toco el bombo” habría sido el acuerdo macabro entre una izquierda sin ideas anclada en el pasado y un gobierno que necesitaba tranquilidad en las calles para concretar sin contratiempos los negociados que tenía en mente.

Nuestra denuncia parecía un grito silencioso que nadie quería escuchar. Pero la mentira tiene patas cortas y los hechos han ido quitando el velo de tanta hipocresía. La orden de detención del padre de la Jueza Sarmiento, por supuestos hechos vividos hace más de 30 años, demuestra cabalmente que en materia de derechos humanos, la justicia sigue siendo prisionera de la hegemonía gobernante.

Pero el grito de justicia ya no cae en el vacío. El pueblo argentino ya sabe de qué se trata. Sólo falta que los magistrados recuperen su dignidad y que la Señora Justicia no vuelva a ser prostituida.

María Cecilia Pando
DNI: 18470203
Presidente AFyAPPA
ceciliapando@arnet.com.ar

Día de la Memoria

Carta de Lectores publicada en Diario la Nación del día 26/03/10

Ya que el 24 se conmemoró el Día de la Memoria, por qué no recordamos que: 1) El peronismo persiguió, torturó y encarceló a sus opositores; 2) Los antiperonistas proscribieron al peronismo; 3) La proscripción terminó con la guerrilla terrorista alentada por Perón; 4) La guerrilla fue exterminada con la represión ilegal que empezó con el gobierno constitucional del año 1975.

"Muchachos: terminemos con esta farsa; los culpables de esta Argentina que fracasó y que pisoteó los derechos humanos no son marcianos ni venusianos: somos nosotros, los argentinos, que hemos fracasado; que tenemos cada vez más pobres y una autocracia insostenible. Que Dios salve a nuestra Patria."

Alberto M. Tenaillon A
bogado
DNI 10.966.731

lunes, 22 de marzo de 2010

El Ejército Argentino y la pesada mochila de los 70

En todas las agrupaciones políticas, especialmente en las que se consideran moderadas o de centro, se escuchan argumentos tales como: “Hay que terminar con la humillación de las fuerzas armadas; tenemos que entender que las fuerzas armadas del presente no son las de la dictadura; las nuevas generaciones no tienen que llevar el estigma de las fuerzas de los 70, etc, etc”. Por supuesto, todas estas voces, políticamente correctas, terminan aclarando que los juicios por violaciones a los derechos humanos tienen que continuar, con la finalidad de separar la paja del trigo, liberando de esta forma a los jóvenes militares de un pasado atroz.

Dejando de lado el análisis respecto a la validez o no de esta separación histórica entre militares de la dictadura y militares de la democracia, vamos a centrar nuestro estudio en determinar si resulta posible liberar a las jóvenes generaciones de la pesada mochila de los 70, mientras se mantiene la premisa de continuar los juicios a todos los que participaron en la guerra contra el terrorismo en aquella época.

Analicemos algunos hechos concretos. Nos encontramos en Haití en el año 2005, donde un contingente de argentinos forma parte de las fuerzas de paz que operan en aquel país sacudido por la violencia. En un operativo de rutina, las fuerzas argentinas reciben fuego de un grupo que opera en la localidad de Gonaives. Un cuadro del Ejército Argentino se encuentra en posición inmejorable para batir a los atacantes y salvar la vida de sus compañeros de armas. El fusil apunta con decisión al blanco, pero el disparo no se produce. Su inconciente no le permitió oprimir la cola del disparador.

Superado el combate, un análisis de lo ocurrido permite llegar a una categórica reflexión. El combatiente argentino no abrió el fuego por miedo a las consecuencias de su acción. Si él mataba al enemigo ¿Quién se haría cargo de aquella muerte? En aquellas horas, se comentaba en voz baja que el contingente brasileño había producido más de 80 bajas a distintos grupos insurgentes haitianos. Los argentinos pensaban en su interior que de haber actuado como nuestros vecinos, seguramente hubieran perdido sus carreras y habrían tenido que afrontar la acción de la justicia.

En junio del año 2007 una noticia estremeció los cuarteles. En Campo de Mayo, tres delincuentes roban armamento de un puesto de guardia. Las autoridades castrenses no comprendían, o no querían comprender, el porqué de la inacción de los soldados argentinos. Un prestigioso general, hablando con sus hombres arengaba: “No tengan miedo a utilizar sus armas. Yo personalmente me haré responsable de las consecuencias de su uso. No podemos permitir que esto vuelva a ocurrir”.

No hubo lugar a preguntas. Sin embargo, al salir de aquella reunión, el comentario generalizado era el siguiente: “sí, el general se va a hacer responsable, pero ¿quién aceptará las responsabilidades del general? Si producimos un muerto o un herido, el general y todos nosotros vamos a terminar presos… si no miremos lo que les pasó en los 70”. Voces más agudas corregían: “a lo mejor hasta el general se salva, pero a nosotros no nos salva nadie. Si los subtenientes de los 70 son juzgados con más severidad que los generales”.

Las dos situaciones ponen de manifiesto un signo muy preocupante para quienes están realmente interesados en mejorar la situación de las fuerzas armadas del presente. Los juicios indiscriminados y generalizados, sin distinción entre quienes impartieron y cumplimentaron órdenes, están generando un clima de escepticismo e indisciplina en las generaciones jóvenes que no favorece a ningún actor de la defensa nacional.

El terremoto en Chile puso de manifiesto la necesidad de que las Fuerzas Armadas del país trasandino salieran a la calle a mantener el orden. No había tiempo de pensar si eran fuerzas de la democracia o de la dictadura. Su presencia era necesaria dejando de lado los prejuicios ideológicos. ¿Qué hubiera pasado en Argentina? ¿Hubieran salido nuestros soldados a imponer el orden ante una situación de emergencia nacional? ¿O el inconciente colectivo de las nuevas generaciones los llevaría a mirar a otro lado, como sucede muchas veces con las fuerzas policiales, cansadas de ser hostigadas por el garantismo ideológico?

Si la nueva dirigencia política quiere alivianar a las nuevas generaciones de la mochila del pasado, debe comprender la naturaleza de lo castrense, teniendo claro que en una situación de guerra o de emergencia nacional, el superior se hace cargo de las consecuencias de las órdenes que imparte. De lo contrario, el político que necesite el accionar de sus fuerzas armadas, las encontrará como en el presente: atomizadas, desmotivadas y sin confianza en sus mandos. Con la lógica y natural ineficiencia que esto implica. Y naturalmente, fuerzas armadas de estas características no le sirven a nadie, cualquiera sea la concepción ideológica de los gobernantes de turno.

Lic Pedro Rafael Mercado
My (R) del Ejército Argentino

Terroristas ayer, hoy apenas corderos

Ver a tres terroristas (Luis Duhalde, Rodolfo Mattarollo y Martín Grass) hablar en “cadena nacional” sobre justicia y crímenes de lesa humanidad, marca uno de los puntos mas bajos en que la Argentina se encuentra en virtud de la imposición de un discurso único sobre la violencia política de la Década del ’70.

Es la hipocresía de buena parte de la clase dirigente argentina la que permite el sainete televisado.

La opinión pública debe conocer quienes son estos señores que se presentan como adalides de la democracia y los derechos humanos.

Luis Duhalde, defensor y difusor del terrorismo en los ‘70, conduce ahora el área de DDHH en la Argentina. Él, por ejemplo, en la revista Militancia que codirigía en 1974, llamaba a la “guerra popular prolongada” contra el gobierno democrático de Juan Perón quien le cerró la publicación en junio de ese año, antes de morir. Fue miembro de las llamadas “organizaciones de superficie” de las bandas terroristas que fueron puestas fuera de la ley por el gobierno constitucional de 1973/75. Luís Duhalde es cofundador del Movimiento Todos por la Patria , organización conformada con la finalidad de llevar a cabo ataques terroristas, como el que llevó a cabo Enrique Gorriarán Merlo (“ex miembro del erp”) contra los cuarteles de La Tablada , durante el gobierno de Raúl Alfonsín.

Rodolfo Mattarollo, segundo de Duhalde en esa Secretaría, era miembro del “erp” (ejército revolucionario del pueblo), organización que enfrentó con las armas al gobierno constitucional de Juan Domingo e Isabel Perón con hechos tales como el ataque a los cuarteles de Azul (Enero de 1974) y el asalto a los cuarteles de Monte Chingolo (Diciembre de 1975). El presidente Perón, en ejercicio de su tercera presidencia, contando con el apoyo del 62% del electorado, luego del ataque en Azul, llamó a los compañeros de andanzas de Matarrollo “reducido número de sicópatas a los que hay que exterminar uno a uno para el bien de la República ”. Es, al igual que Duhalde, cofundador de la organización terrorista Movimiento Todos por la Patria.

Martín Grass, actual funcionario en el área de Defensa, formaba parte de la organización terrorista montoneros que, entre tantísimos hechos de sangre, asesinó a Jose Ignacio Rucci en septiembre de 1973 cuando el peronismo ejercía constitucionalmente el poder. A esta organización, el General Perón bautizó como “infiltrados, traidores y mercenarios” (Discurso de Perón el 1º de Mayo de 1974).

Que estos señores ocupen los espacios que ocupan y nos den cátedra de derechos humanos, es sólo un síntoma más de la ausencia de clase dirigente con coraje para recordarles a estos terroristas, que el pueblo argentino ya los repudió unánimemente cuando querían imponer a sangre y fuego sus “sueños revolucionarios” en los ’70 y que sigue haciéndolo.

Silvia Ibarzábal
Presidente

José D’Angelo
Prensa

viernes, 19 de marzo de 2010

Madres reprimidas en Cuba y presos políticos en la Argentina

AFyAPPA (Asociación de Familiares y Amigos de los Presos Políticos de la Argentina) condena la brutal represión que sufrieron, a la salida de una Misa, en La Habana, las Damas de Blanco, familiares de los presos políticos del régimen castrista, que pretendían marchar al domicilio del disidente Orlando Fundora, que se encuentra haciendo una huelga de hambre desde hace algunos días para alertar al mundo sobre la permanente persecución en la Isla.

Como es de público conocimiento hace algunas semanas falleció en La Habana el preso político Orlando Zapata Tamayo, tras varias jornadas, también, de huelga de hambre para protestar contra el régimen tiránico de los Castro que llevan mas de 50 años oprimiendo al pueblo cubano con la cantilena de la “revolución” que solo trajo persecuciones, atraso y hambre.

Al mismo tiempo volvemos a ratificar nuestra solidaridad con estas valientes mujeres con las que nuestra Asociación ya ha establecido contactos.

Y hacemos un llamado a los argentinos, una vez más, a reflexionar sobre la actitud de los supuestos “progresistas” vernáculos, declamadores de los Derechos Humanos -incluidos nuestros actuales gobernantes- que no sólo pretenden ignorar esta realidad del pueblo hermano de Cuba, sino que aplauden desvergonzadamente al régimen castrista.

¿Nuestra Presidente pedirá explicaciones al embajador cubano o elegirán los foros internacionales, como la ONU o la OEA, para expresar el repudio de todo el pueblo argentino ante tamaña barbarie oficial cubana?

A su vez, ¿Cristina Fernández, que alardea de ser defensora de su condición de mujer, no considerará oportuno alzar su voz para defender a estas pobres castigadas y perseguidas mujeres cubanas?

¿Las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo reclamarán al gobierno de los Castro por este atropello a la libertad y a la dignidad de las personas? ¿Les pedirán al Gobierno Nacional una declaración de condena por el atropello a los Derechos Humanos en Cuba?

Seguramente no. No hay que olvidarse que fue el régimen cubano quien ayudó –según su propia confesión- al desarrollo de la guerrilla terrorista en nuestro país. Así se publicó, por ejemplo, en el diario Clarín del 4 de julio de 1998, bajo el título “Fidel Castro admite que promovió la subversión”, un reconocimiento del tirano acerca de que buscaban “crear un Vietnam gigante en toda la región”.

La Argentina de los Kirchner tiene presos políticos que son quienes combatieron a ese terrorismo castro – guevarista en la Década del ’70 e impidieron que nuestro país fuera un satélite del comunismo internacional. Al ser apoyados, financiados, incentivados, entrenados y cobijados esos terroristas por el estado cubano ¿por qué sus crímenes no son considerados de lesa humanidad en nuestro país?

Tal vez los Kirchner, las Abuelas, las Madres y sus seguidores, supuestamente progresistas, quieran seguir las indicaciones de López Rega cuando anilló el obelisco de Buenos Aires con la leyenda “El silencio es salud”.

María Cecilia Pando
Presidente de AFYAPPA

jueves, 18 de marzo de 2010

Amnistía

Escrito enviado a Cartas de Lectores del Diario La Nación, en relación al brillante artículo del Dr Alberto Solanet, titulado "La Amnistía, una Posibilidad Abierta", y publicado el día 24/02/10.

Amnistía

La valiente nota de opinión del Dr Solanet puso de manifiesto la existencia de distintas posiciones en la temática de los derechos humanos. Las más extremas apelan a la existencia de un único demonio. Quienes simpatizan de alguna forma con el régimen militar claman por el juicio y castigo a los terroristas de los 70, mientras que los amigos de la otrora izquierda blindada, continúan insistiendo con la pena máxima a los represores genocidas.

Las posiciones moderadas, suscribiendo a la teoría de los dos dominios, reclaman Justicia para Todos, exigiendo el castigo de todos los que apelaron a la violencia política, incluyendo tanto a las fuerzas del estado nacional como a las organizaciones terroristas.

Las dos visiones, en sus versiones extremas o moderadas, desconocen la complejidad del conflicto sufrido en los 70. Las versiones extremas aplican selectivamente su criterio de justicia, buscando la condena exclusivamente de los miembros del otro bando; mientras las versiones moderadas, también son selectivas, por cuanto en su condena a los aparatos armados de ambos contendientes, terminan disculpando a los otros actores de la sociedad, que en mayor o menor medida, también fueron responsables de la tragedia, ya sea por sus acciones o por sus omisiones.

Desde esta nota, seguimos sosteniendo el pensamiento del novelista Guillermo Martínez Funes en su libro "Nosotros el Terror”: "Pacificación y justicia son términos excluyentes. Cuando se puede hacer justicia no es necesaria la pacificación. Pero cuando la sociedad toda es responsable, la justicia ya no es posible y la pacificación es la única alternativa para prevenir una nueva tragedia".

Atte: Lic Pedro Rafael Mercado
My (R) Ejército Argentino
DNI: 18046597
pedrorafaelmercado@yahoo.com.ar

miércoles, 17 de marzo de 2010

Misa por Presos Políticos Muertos en Cautiverio

Mensaje Nro 586 de la Unión de Promociones del Ejército Argentino

Estimados Camaradas y Amigos

La Unión de Promociones ha organizado la celebración de la Santa Misa, en homenaje a todos los Presos Políticos muertos en cautiverio. Invitamos a todos a acompañarnos, participando de la misma.

· Lugar: Iglesia del Santísimo Redentor, sita en Larrea 1252, esquina Beruti. Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
· Oportunidad: Sábado 20 de Marzo – 10.30 horas.

Previo a la iniciación del Oficio Religioso, se dará lectura a la lista de todo el personal fallecido hasta la fecha, en cuya memoria se ofrece el mismo. La aludida ceremonia comenzará en forma puntual.

Se agradecerá difundir esta invitación.

Cnl (R) Guillermo César Viola.
Unión de Promociones.

Estadistas se buscan.El ejemplo uruguayo.

Una vez más, el presidente del Uruguay, José “Pepe” Mujica, sorprende a los argentinos al manifestarse por segunda vez en pocos días a favor de la búsqueda de caminos de concordia, consensuados con los distintos sectores de su país, para superar los enconos de la guerra en los ‘70.

Nadie como él – integrante de los Tupamaros, que sufrió 13 años de cárcel- está más autorizado para proponer una reforma legal que alivie la rigurosidad de la prisión que padecen actualmente los integrantes de las Fuerzas Armadas y de Seguridad que enfrentaron la acción de la guerrilla en aquellos años.

“Yo no quiero tener viejos presos…Viejos de 75, 80 años…pero no sólo los militares, ningún preso a esa edad…” señaló el mandatario quien, hace unas semanas y a pocos días de asumir ya había mostrado su desacuerdo en que los militares estuviesen encarcelados, lo mismo que su mujer Lucía Topolansky, la senadora también perteneciente antaño a los Tupamaros.
Cabe recordar que el pueblo uruguayo ya se expresó claramente y en varias oportunidades sobre el particular. Primero, a través de sus representantes en 1986 a través de la llamada “Ley de Caducidad” que colocaba un límite en el tiempo a la persecución penal. Esto significó una suerte de punto final que, luego, fue ratificado por el pueblo oriental en un referéndum en el año 1989.

Como los cultores del odio también existen en el vecino país y pese al claro pronunciamiento de la ciudadanía en 1989, el año pasado aquellos pretendieron reflotar la posibilidad de la persecución y la venganza y el pueblo volvió a decirles que no, mediante el mecanismo del plebiscito y en el mismo acto electoral que consagró a Mujica. Los uruguayos ratificaron su firme deseo de que el pasado sea superado. Ahora su presidente los escucha y avanza en la misma dirección: el futuro.
Mientras tanto nosotros, con un Estado sin estadistas, en vez de proyectar políticas a 30 años nos enredamos en lo que sucedió 30 años atrás y, para peor, con una mirada parcial, por lo tanto incompleta, por lo tanto injusta, que clama justicia.

Ya nuestra institución (AFyAPPA) ha señalado este camino en distintas oportunidades. Hace pocos días, refiriéndonos a lo que acontece en la Argentina, señalábamos: “Tenemos un espíritu alejado de todo revanchismo. No somos, ni pretendemos ser la contracara de las organizaciones de derechos humanos. No estamos acá en contra de nadie, sino a favor de la concordia entre todos los argentinos. No somos una facción que intenta imponer su ideología. Somos una parte del pueblo argentino que está cansada de vivir en la confrontación permanente”. (www.afyappa.blogspot.com)

Por eso la insistencia del mandatario uruguayo en sembrar semillas de concordia y no de odio, debe servir de ejemplo a la clase dirigente argentina que se prepara para suceder a este gobierno que, a no dudarlo, pasará a la historia como el gobierno de la crispación, la confrontación y los desencuentros.

Buenos Aires, 15 de Marzo de 2010

Cecilia Pando
Presidente
AFyAPPA

sábado, 13 de marzo de 2010

Duhalde dio señales para la Concordia Nacional por Silvia Ibarzabal

La “Asociación Familiares y Amigos de Víctimas del Terrorismo en la Argentina” (AFAVitA) celebra que se empiecen a escuchar voces importantes de la política nacional a favor de transitar un camino de reconciliación, que supere las terribles consecuencias de los graves desencuentros de la Década del ’70.

El candidato a Presidente de la Nación, Eduardo Duhalde, hace unos días en el acto llevado a cabo en el teatro Lola Membrives, se refirió, entre otros ejemplos, al del Uruguay, para criticar a quienes se adjudican la representación absoluta de la década del ’70.

Pepe” Mujica sí era un revolucionario, y no como los revolucionarios de café que tenemos en la Argentina que se hacen los guapos”, dijo Duhalde y agregó: “Él estuvo 10 años preso y cuando salió –como buen hombre de campo que era- no sembró semillas de odio, sino semillas de encuentro porque entendió que por sobre todas las cosas, estaba Uruguay, y ahora acaba de anunciar que habrá 30 años de políticas de Estado”.

El candidato peronista volvió a ponderar el ejemplo de la transición española, luego de una confrontación entre hermanos que dejó un millón y medio de muertos; destacó lo que sucede en Brasil, con un presidente que no trabaja para el pasado y que no divide a su pueblo, o el modelo reciente de la transición de la dirigencia chilena.

En el mismo sentido, el ex – presidente, también señaló que “nos avergüenza (nuestro gobierno) que nos llevó a la más vieja de las políticas que es la del enfrentamiento entre nosotros”.

Nuestra Asociación cree necesario cerrar las heridas del pasado como lo han hecho otros países que han padecido conflictos internos aún de mayor gravedad que el nuestro.

Las Víctimas del terrorismo anhelamos de verdad construir un país de consensos, de concordia, previsible, de políticas a largo plazo, entre todos y para todos. Y estamos dispuestos, para ello, a donar nuestro dolor, a apaciguar el sufrimiento que cargamos, convirtiéndolo en semilla de reconciliación.

Como hemos dicho en tantas oportunidades entendemos que éste es el deseo de la inmensa mayoría de los argentinos y para ello trabajamos como homenaje a nuestros seres queridos que, no lo dudamos, hubiesen estado guiados por los mismos ideales.

Celebramos las declaraciones del Dr. Duhalde y reclamamos a otros dirigentes que terminen con el discurso que exacerba la crispación y que fomenta la venganza entre los argentinos y que, por el contrario, llamen a decir BASTA A LOS ODIOS Y A LA CONFRONTACION y a CONSTRUIR EL PAIS DE LA CONCORDIA.

Buenos Aires, 10 de Marzo de 2010

jueves, 11 de marzo de 2010

Cecilia Pando ante la acusación de “apología del delito”

La Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional Federal decidió revocar el sobreseimiento que interrumpía la investigación que se llevaba a cabo sobre mis dichos por supuesta “apología del delito”, causa que fuera iniciada por el director de Derechos Humanos de la Legislatura porteña, Carlos Pisoni.

La denuncia de Pisoni, que ahora deberá seguir investigando el juez de instrucción, se fundamentaría en que yo habría pronunciado “discursos en donde se defiende y enaltece el terrorismo de estado desplegado por la última dictadura militar” y remite a la página que nuestra Asociación (AFYAPPA) tiene en Internet.

Agradecemos a la Cámara Nacional la difusión que, con su resolución y a través de los medios, ha dado a nuestro humilde blog (www.afyappa.blogspot.com) en donde los argentinos podrán conocer nuestra clara y constante prédica por el respeto a la Constitución y a las leyes y la inexistencia de apología de delito alguno.

Lo que en verdad ocurre es que los partidarios del discurso único en la Argentina no soportan las voces distintas y persiguen a quienes se atreven a contradecir su versión infantil, parcial y mentirosa sobre la trágica Década del ’70.

Nosotros, por el contrario, afirmamos que hay todavía mucha hipocresía en la clase dirigente que sin grandeza prefiere ignorar los ejemplos del Uruguay, Brasil, España y Mandela en Sudáfrica, por citar algunos, que han clausurado con inteligencia un pasado trágico que les impedía proyectarse al futuro.

Nuestra posición no es eludir el pasado y su tragedia, sino superarlo y, si no se atiende el llamado a la concordia nacional, estamos dispuestos a dar el mas profundo debate sobre la violencia política en la Argentina en los ’70.

Por de pronto habría que recordarle a esa clase dirigente, incluidos los jueces, que ya en 1989 los propios jefes “montoneros”, en un Acta que se hizo pública, sostenían que la Argentina había padecido una “guerra civil intermitente”, que “ningún sector estaba libre de culpa y errores por los violentos enfrentamientos” y que era necesario construir “la pacificación y la reconciliación de los argentinos”.

Sostenemos también que hay muchas personas que pueden enriquecer ese debate serio que la Argentina merece sobre esos años, entre ellos el Ministro de la Corte Suprema de Justicia, Eugenio Zaffaroni que como Juez juró desempeñar su cargo enmarcado en lo normado por los Estatutos del Proceso de Reorganización Militar o “la dictadura”, como se lo quiera llamar a ese gobierno.

Otro que podría aportar al debate es el actual embajador argentino en los EEUU, Héctor Timerman que en 1976 dirigía un diario (La Tarde) en donde alertaba, en su edición del 23 de Marzo de 1976, sobre “el creciente desarrollo del terrorismo y la ausencia de medidas legales eficaces para combatirlo” y anunciaba, en la tapa del vespertino que “las Fuerzas Armadas se disponen a ocupar el vacío de poder para terminar con el caos en el país”. Una afirmación que, en un país gobernado por el peronismo y por una mujer, puede sonar un tanto “destituyente”.

De cualquier manera, si de apología del delito se trata esta resolución de la Cámara da a los argentinos una esperanza. Creemos que, entonces, será investigada Hebe de Bonafini por sus reiteradas y públicas apologías del delito, al exaltar las acciones de grupos terroristas puestos fuera de la ley por gobiernos constitucionales.

Finalmente, queremos destacar que esta decisión de la cámara nos permite confiar en que la justicia también indagará a los funcionarios responsables de la constante apología del delito, en curso, que representa el “Parque de la Memoria”, (entre los mas conocidos; Néstor Kirchner, Cristina de Kirchner, Jorge Telerman, Mauricio Macri, Eduardo Luis Duhalde, etc.), en donde se homenajea, en nombre del Estado argentino y del pueblo argentino, a terroristas que, por ejemplo, han realizados innumerables atentados durante el desarrollo de gobiernos democráticos (Ataque a cuarteles en Formosa (5/10/75), en Monte Chingolo (23/12/75), etc).

miércoles, 10 de marzo de 2010

37mo Homenaje a las Víctimas del Terrorismo en Plaza de Mayo

De acuerdo a lo previsto, el día martes 9 de marzo, a las 18:30 horas, se llevó a cabo el 37mo Homenaje a las Víctimas del Terrrismo en Plaza de Mayo. Después de una breve marcha desde la Catedral Metropolitana hasta el centro de la plaza, se efectuó la tradicional pintura del logo de las víctimas en el suelo de la misma. A todos los que pudieron acompañarnos en este evento, muchísimas gracias. Acontinuación presentamos las palabras pronunciadas por Cecilia Pando dicha oportunidad:



QUERIDOS AMIGOS:

Y aquí estamos de nuevo. Para continuar nuestra lucha, porque no estamos dispuestos a aceptar que un grupo de nostálgicos del terrorismo termine imponiendo su visión distorsionada de la historia. Necesitamos que la memoria parcial y hemipléjica, de paso a la objetividad de la historia. Esa historia integral, llena de matices como todo lo humano, que permita comprender la magnitud de la tragedia vivida y sufrida en los años 70.

Estamos acá con un espíritu alejado de todo revanchismo. No somos, ni pretendemos ser la contra cara de las organizaciones de derechos humanos. No estamos acá en contra de nadie, sino a favor de la concordia entre todos los argentinos. No somos una facción que intenta imponer su ideología. Somos una parte del pueblo argentino que está cansada de vivir en la confrontación permanente.

Mucha sangre ha corrido en este maravilloso suelo. Muertos, heridos, mutilados, desaparecidos… víctimas de un lado y del otro. Todo es historia. Todo forma parte de ese pasado que nos oprime y nos inhibe de mirar hacia el futuro. Tenemos que asumir toda nuestra historia… con sus mesianismos de izquierda y de derecha, para aprender de ella y erradicar para siempre la violencia política.

Porque no estamos en contra de nadie, no venimos a tachar los pañuelos de las madres. No pretendemos ocultar, ni negar su existencia. No nos sentimos los dueños exclusivos del dolor, ni las únicas víctimas que dejó esta guerra fraticida que dividió y sigue dividiendo a los argentinos. Somos una parte de esta historia, una parte otrora silenciosa, de ese pueblo argentino que quiere ser tenido en cuenta, que quiere ser escuchado, que quiere ser comprendido. Y que busca líderes políticos que tengan el coraje de decir lo políticamente incorrecto.

Somos la parte de la sociedad que aspira a cicatrizar para siempre las heridas abiertas. Sabemos que el odio y el revanchismo sólo conducen a nuevos enfrentamientos. La violencia engendra violencia y tenemos que construir el país de la concordia. Estamos convencidos de que "Pacificación y justicia son términos excluyentes. Cuando se puede hacer justicia no es necesaria la pacificación. Pero cuando la sociedad toda es responsable, la justicia ya no es posible y la pacificación es la única alternativa para prevenir una nueva tragedia".

No es posible defender los derechos humanos de una parte de la sociedad, pisoteando los derechos humanos de otros sectores de la misma. No se puede hacer justicia, vulnerando los principios jurídicos que le dan vida al concepto. No se puede pedir legítimamente por unas víctimas, cuando se generan procesos que conducen necesariamente a la creación de otras víctimas. Por satisfacer odios y rencores del pasado, la clase dirigente está creando nuevos odios y rencores, esta vez de quienes se sienten discriminados por el poder de turno. Tener siempre presente que un acto de justicia permite cerrar el capítulo; pero un acto de venganza escribe un capítulo nuevo.

Por esta senda no es posible encontrar soluciones al drama argentino. Más de 800 presos políticos y más de 90 muertos en cautiverio comprueban la irracionalidad de una justicia, manipulada por sectores que han hecho del odio la militancia de su vida. Por este camino, vamos en dirección a repetir los errores del pasado. Y nuestros hijos no merecen heredar un conflicto del cual no formaron parte.


Gracias al cielo todavía estamos a tiempo. El derrumbe de la hegemonía kirchnerista abre la senda de la concordia. Sólo hace falta que la clase dirigente que surja de esta crisis tenga la grandeza y el coraje de Nelson Mandela, ese líder sudafricano que supo transformar su rencor en visión de futuro y optó por la reconciliación frente a la venganza. En Argentina, esperamos confiados la llegada de ese día. La república desvanecida está despertando. Y los mentores del odio comienzan a vislumbrar la magnitud de su fracaso.

Muchas gracias.