sábado, 29 de mayo de 2010

Una Mancha Negra en el Tedeum Metropolitano

El 26 de mayo, Santiago Fioriti, periodista de Clarín, escribía en dicho histórico medio: “Para muchos, la "mancha negra" de la ceremonia religiosa la aportó la presencia de Cecilia Pando, esposa de un ex militar y defensora confesa de los represores de la última dictadura militar”.

Antes de hablar de “los muchos” que percibieron a la “mancha negra”, cumplo en informarle al señor periodista que el ex militar sigue siendo tan militar como antes, como cualquier abogado o médico seguirá siendo médico o abogado a pesar de dedicarse a otra actividad en su vida.

Que esté retirado de la vida activa del Ejército Argentino no me priva del orgullo de seguir perteneciendo al cuerpo de oficiales de esta gloriosa institución. Demás está decir que mi separación del servicio activo fue por portación de cónyuge o por presunción de pensamiento, dos causales que supongo podrán calificarse como “manchas negras”, en el pensamiento blanquecino de este relator periodístico.

Pero volvamos a los “muchos” de este relato. ¿Podría nombrarme a algunos representantes de este muchos? ¿Eran dirigentes notables o parte del pueblo en general? ¿A cuántos realmente consultó? ¿A diez, a veinte, a cincuenta, a cien? ¿Sus muchos estaban en la Catedral Metropolitana, en la Basílica de Luján o en los pasillos de redacción del diario? ¿O acaso el adverbio de cantidad que usted utiliza constituye un eufemismo para expresar su propio pensamiento? Aunque más no sea por curiosidad, quisiera saber si en el “muchos” de su escrito está reflejada su propia opinión.

Me atrevo a hacer estas preguntas porque mi percepción personal, con algo de olfato periodístico por mi trabajo profesional, me llevan a conclusiones diametralmente opuestas. En la presencia de Cecilia en el Tedeum, pude apreciar muestras de afecto, saludos cordiales y apoyo incondicional a los valores y a la lucha que ella representa. No creo que mis percepciones sean superiores a las del amigo Santiago, pero creo que complementan un poco las observaciones que pudo tomar el periodista del prestigioso medio Clarín. En este tema, hubiera preferido la incisiva pluma del ex terrorista Horacio Verbitsky… él no se hubiera escudado en el “muchos”… Habría tenido la honestidad intelectual de decir con todas las letras lo que piensa él y su sector de Cecilia Pando.

Del fondo del escrito polémico se desprende un hálito que se corresponde plenamente con el mundo en blanco y negro que se intenta imponer desde el poder de turno. Hay opiniones buenas y opiniones malas, pensamientos blancos y manchas negras… amigos a ensalzar y enemigos a destruir, a cualquier costo.

A mi humilde entender, en lugar de expresar la verdad, Clarín apuesta a la teoría compensatoria. En el 76, el periódico conducido por la señora de Noble halagaba al gobierno de facto que había sacado del poder a la Señora de Perón. Los buenos militares venían a quitar del medio a los execrables terroristas. En los 2000 se monta al relato único que intenta imponer una visión de la historia sesgada de un nuevo maniqueísmo, donde en realidad, los buenos eran los terroristas que luchaban contra los malos militares que habían usurpado el poder. Claro, había que compensar. Si nos fuimos demasiado para un lado hoy tenemos que irnos demasiado para el otro. Y en esta teoría compensatoria, la verdad sigue siendo pisoteada… total a quién le importa.

Y así vamos a los tumbos, de un extremo al otro, siguiendo la ley del péndulo, aunque la realidad continúe desconocida. A decir verdad, Clarín no necesita compensar su posición en los 70. Cuando el matutino defendía a Videla y festejaba los logros militares, no lo hacía por miedo, ni por imposición. Reflejaba simplemente la opinión mayoritaria de una sociedad enferma de violencia que no terminaba de asumir a la democracia republicana como remedio a los males. Los blancos y los negros se imponían desde la izquierda y la derecha… y naturalmente Clarín no pudo quedar fuera de esta realidad. La sociedad no estaba preparada para los conflictos ideológicos de aquella época y se sumió en una violencia irracional que aún hoy ha dejado sus secuelas.

Esta es la realidad. No hay que buscar chivos expiatorios en quienes descargar las culpas. Acusar a los militares de todo lo sucedido es una simplificación burda. Responder que los culpables son aquellos que apelaron al terror desde las organizaciones político militares también lo es. Unos y otros se nutrieron de una sociedad que había perdido el rumbo. Y que todavía hoy pagamos las consecuencias de aquella locura. Basta considerar lo que aún hoy tienen que padecer los hijos de la Señora Ernestina Herrera de Noble.

Entiendo que la calificación de “Mancha Negra” a mi amada esposa se inscribe en la misma teoría compensatoria, que funciona como una proyección de culpas erróneamente incorporada en el inconciente colectivo de muchos periodistas. Según mi modesto entender, Cecilia Pando no es ni una mancha negra en medio de un blanquecino corcel de dirigentes, ni un manjar de virtudes en medio de un lodazal. Es simplemente una digna mujer, con sus luces y sus sombras, que tiene la valentía y la honradez de decir públicamente lo que muchos confiesan sólo en la intimidad. ¿Es esto una virtud o una falta? No lo sé, queda a criterio de cada uno… Lo que sí tengo claro es que descalificaciones gratuitas como la escrita por Fioriti nada tienen de la necesaria GRANDEZA PARA SUPERAR EL ESTADO DE CONFRONTACION PERMANENTE, que nos pedía Monseñor Bergoglio en el Tedeum de la Catedral Metropolitana.

Lic Pedro Rafael Mercado
My (R) del Ejército Argentino
Lic. Estrategia y Organización

viernes, 28 de mayo de 2010

Carta dirigida al “periodista” de Clarín Santiago Fioriti

Estimado Señor:

Quien le escribe, tiene 69 años, ignoro los suyos.

Si tiene 40, o menos, en 1970, como diría algún metafísico, usted era “un ser por hacer”.

Por consiguiente, todos los conocimientos obtenidos de ese periodo de la historia argentina, se lo contaron.

No se entrampe en lo que se conoce como falsedad ideológica; de lo contrario lo suyo es patético, poco serio.

Se permite hacer uso de eufemismos inapropiados, para descalificar a mi hija.

La otra alternativa es, que a quien me esté dirigiendo sea una persona mayor de 50 años.

Si así fuera quiero recordarle que “la mancha negra y defensora confesa de los represores” Cecilia Pando, no escribió con premeditación y alevosía histórica, como lo hicieron Bonasso, Baschetti, Anguita, Caparrós y otros tantos, los asesinatos cometidos por sus organizaciones.

¿Se anima a llamarlo asesino a Bonasso, quien, entre otras barbaridades, califica el asesinato de Rucci de error, de blanco equivocado?

Creo que Ud. Comete el atrevimiento de usar calificativos que afectan el buen nombre y honor de una persona que no conoce, que se entera de su existencia, por ser periodista, por la Agencia Telam, agravado que no cuenta con las posibilidades de defenderse ante su ofensa publica.

Si es usted una persona de bien, aproveche la oportunidad para decírselo en la cara, ya que Cecilia Pando, usted lo ha comprobado, no se esconde, usted sabe donde vive y conoce su teléfono, estoy seguro que con gusto lo atenderá.
Tiene la suerte de trabajar en un medio que lo protege, que lo autoriza a etiquetar con desparpajo a las personas, en este caso a la Sra. Cecilia Pando.

¿Qué no entendió de los montoneros, erp, las organizaciones guerrilleras y los Kirchner, que entre muchas otras cosas les cortaron la lengua y los dedos a varios colegas suyos?

¿Nunca se le ocurrió pensar que el próximo puede ser usted?

¿Que pasó con Crítica?,¿cómo se ve si a Clarín le pasa lo mismo?

¿Se anima estimado señor a nombrar a Firmenich, Bonasso, Urien, Kunkel, Vertbitsky, Taiana, Duhalde, Bettini, los Abal Medina, Santucho, Garre Vaca Narvaja, Perdia y/o a su compañera de trabajo “la polaca”, “la gringa”, Miriam Lewin”, entre tantos otros, de terroristas de Estado?

Su compañera Miriam Lewin cuando fue criticada por ello, envió la siguiente respuesta: “…no quiero polemizar. Es verdad: formábamos parte de una organización que mataba y ponía bombas. Nunca, NUNCA, dijimos que no teníamos nada que ver con la militancia. Al contrario la asumimos bien de frente…”

Y así mataron gremialistas, jueces, empresarios, políticos, militares, policías, bomberos, mujeres, niños y hasta homosexuales.

Averigue que opinaban las organizaciones que estos jóvenes idealistas integraban de los homosexuales.

Es una lástima que se les haya muerto el gordo Galimberti.

Los escuché decir alguna vez “no somos putos, no somos faloperos…”

Por lo menos infórmese, acuda a los brillantes archivos de Clarín.

Reitero, si usted es menor de 40 le contaron, como a otros muchos argentinos, la historia lamentable de nuestra Patria, como si fuera el cuentito de Caperucita Roja y no una guerra entre organizaciones que luchaban en milicias, contra militares y civiles.

Le contaron que había un montón de boludos llamadas Caperucita que cruzaban el bosque y que se encontraron con el Lobo, (disfrazado de verde oliva) que se las comió a todas y hasta las abuelitas.

Para usted, Firmenich, Perdía, Vaca Narvaja, Kunkel, Gorriaran, los Abal Medina, Vertibistky, Taiana, Garré, Santucho, Luis Duhalde y tantos otros, fueron unas pobres Caperucitas Rojas y/o Abuelitas.

¿Tiene idea de la cantidad de gente que mandaron a matar estas caperucitas y abuelitas, entre su propia tropa?

¿Tiene idea de cómo manejaban el cianuro?

Y así sobrevivieron a costilla de muchos jóvenes, realmente con pelotas, inocentes que estos mandaron al frente, entre ellos fue un primo hermano mío.

Recuerde, hay muchos chicos que murieron engañados por estos asesinos.

Sabe lo que dijo Hebe de Bonafini el 02.04.04 “Siempre pensé en mis hijos como guerrilleros y revolucionarios, con gran orgullo”.
“Habia alguno que otro desaparecido que no tenía nada que ver, pero la inmensa mayoría eran militantes, hombres capaces de elegir su vida”(Mario Firmenich, 17 de Marzo de 1991), hoy en España disfrutando “la fresca viruta”.

Usted descubrió una “mancha negra en la Catedral”, yo para su información ví a las muchas Caperucitas Rojas y Abuelitas, en el Te Deum de Lujan.

Una vez viajando por el mar vimos una mancha negra, y alguien dijo “una ballena”, otro mostrándole el liquido que flotaba le dijo: es petróleo, pelotudo.

¿Me entendió?

Cordialmente.

Vicente Pando

miércoles, 26 de mayo de 2010

Murió el General Cataneo


Hace apenas una hora ha muerto el General Luis Alberto Cattáneo. Como un patriota que fue se murió en el día del Bicentenario.


Desde Periodismo de Verdad informamos con mucho dolor, que hace instantes ha muerto el general Luis Alberto Cattáneo quien estaba siendo juzgado por el Tribunal Oral Federal en Tucumán por la causa ex Jefatura.


Recordamos que desde que se inició este juicio ya hemos tenido la muerte del Coronel Mario Zimmermann y el agravamiento de la salud del General Antonio Domingo Bussi, que debió ser separado del juicio.


El domingo pasado visité al General Cattáneo en el Sanatorio y me pidió que publicara una nota titulada “La Justicia que mata”…estaba abatido y convencido de que se moría antes de los 10 juicios que el TOF dictaminó para que vuelva a ser revisado por los médicos.


¿Qué van a decir ahora los organismos de “Derechos Humanos”?, bueno, ellos se dicen de DDHH aunque hoy parezca una ironía….tanto ellos como el Fiscal se opusieron a que Cattáneo sea separado del juicio en tanto que la semana pasada rechazaron el pedido de la defensa de Cattáneo que solicitó que pueda ser trasladado a Buenos Aires ante la inminencia de este cruel desenlace.


¿Estarán conformes ahora?, creerán entonces que los médicos que lo revisaron, forenses, de parte, particulares, no mentían?, se convencerán de que las muestras de sangre si eran del General y no quizás de alguna otra persona cómo osaron decir en algún momento desde la querella?….


Y el Gobierno de la Nación QUÉ????. Sigan festejando el Bicentenario señores, sigan dividiendo a los argentinos, sigan dándose el lujo de pelearse entre uds., de hacer plantones en actos en los que se homenajea a la Patria nada más y menos.


Mientras sigue la fiesta, con perdón Patria nuestra!!!, los presos políticos argentinos, los que en su momento se jugaron y defendieron a la Argentina aún con sus muchísimos errores, hoy se están muriendo solos y abandonados. Quizás eso ponga contentos a algunos, pero seguro que no será a los que en verdad defienden la democracia y los derechos humanos.


En el día del Bicentenario de la Patria, no merecemos esto. A ésta hora en que tantos compatriotas están en el Tedeum, pensemos si no es urgente pacificar al país, si no estamos poniendo en juego a una Nación toda que hoy celebra dividida y que debería estar a lo ancho y a lo largo de este bendito país, abrazada y dando gracias a Dios.


Cattáneo acaba de morir. Alguien deberá hacerse responsable seguramente. Ha estado 5 años preso y sin condena, tenía en convencimiento de haber servido a la Patria, de haber cumplido con su deber, de haber obedecido la orden de la entonces Presidente María Estela Martínez de Perón. Se fue con la frente en alto, estuvo más de un mes internado en Tucumán pero no claudicó en sus principios ni en sus sentimientos y acaso el General Cattáneo, quien fuera II Comandante de la V Brigada de Infantería, haya elegido ya vencido y atormentado por tantas injusticias, morirse en el día del Bicentenario de la Patria.


VIVA LA PATRIA AMIGOS!!! A pesar de todo lo que estamos viviendo y por esta PATRIA que a tantos les está costando la vida, NO BAJEMOS LOS BRAZOS.


Acompañamos en este momento tan doloroso a la familia del General Cattáneo. También a sus abogados defensores que aún siendo empleados del Estado (Porque pertenecen a la Defensoría Oficial) han luchado a brazo partido por sus defendidos. A todos ellos y a los presos políticos de Argentina, vaya hoy un fuerte abrazo.


Que Dios perdone a quienes están actuando tan equivocadamente. Que ilumine a quienes tienen la responsabilidad de impartir Justicia.Que Dios nos bendiga a todos en el día de la PATRIA en el que lamentablemente si bien lucimos escarapelas celestes y blancas con orgullo, NO TENEMOS ABSOLUTAMENTE NADA PARA FESTEJAR.


General Cattáneo, que descanse usted en paz.


Luz García Hamilton
Periodista, Periodismo de Verdad

miércoles, 19 de mayo de 2010

Carta Abierta de la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia a la Corte Suprema de Justicia de la Nación

Señor
Presidente de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación,
Dr. Ricardo Luis Lorenzetti
Palacio de Justicia
S / D.-

De nuestra consideración:

El pasado 7 de abril solicitamos formalmente una entrevista a ese alto Tribunal, para dar cuenta de la fundación de nuestra Asociación Civil Abogados por la Justicia y la Concordia, ocurrida el 12 de agosto de 2009, que hoy integramos más de trescientos abogados pertenecientes al foro de la ciudad de Buenos Aires.

Hasta hoy, no hemos recibido respuesta e, interpretando el silencio del excelentísimo Tribunal como una declinación tácita a la posibilidad de recibirnos, nos dirigimos públicamente a usted y, por su intermedio, a los demás ministros del cuerpo, para expresar, de este modo, lo que hubiéramos manifestado en el despacho del señor Presidente de haber sido recibidos.

Nos hemos asociado, señor Presidente, porque la Justicia está desvirtuada y la Concordia desconocida. Como abogados, tenemos el deber que surge de nuestro juramento profesional, por el cual, a través de la Constitución, nos comprometimos a "afianzar la justicia", de modo que ella pueda, así, alcanzar su objetivo, que es dar a cada uno su derecho. Como ciudadanos, tenemos el deber de procurar la concordia, la paz interior, bien común fundamental de cualquier sociedad política.

Desde luego, señor Presidente, cuando estamos a punto de celebrar los doscientos años de gobierno propio, podemos rememorar las muchas ocasiones en que justicia y concordia han sido vulneradas entre nosotros. También sabemos, señor Presidente, y saben usted y los ministros de excelentísimo Tribunal, qué papel airoso o desgraciado pudo caberle a la administración de justicia en la instauración, el mantenimiento o la condena a aquellas vulneraciones. A nuestra Asociación le preocupa, señor Presidente, la situación actual de injusticia y enemistad interna, que también -seguramente- desvela al alto Tribunal.

Nos inquieta, señor Presidente, la instauración, a través de fallos dictados por este Tribunal a partir del año 2003, de una suerte de derecho en dos velocidades, donde las garantías básicas contenidas en la Constitución, que este mismo cuerpo proclamó, hace ciento veintitrés años, "arca sagrada" y "palladium de la libertad", valen para unos y resultan absolutamente ineficaces para otros. A través de los precedentes "Arancibia Clavel", "Simón", "Mazzeo" y "Lariz Iriondo", a los militares y fuerzas de seguridad, empleados para combatir el terrorismo, se les han negado derechos y principios que rigen, desde siempre, para todos los ciudadanos que, en enumeración no taxativa, pasamos a exponer:
· Se ha desconocido el principio de legalidad, siendo estos ciudadanos juzgados por delitos llamados de "lesa humanidad", que no existían como tales al momento de los hechos y que, todavía, no han recibido tratamiento legislativo para que se los defina como a todo delito, evitando así el caos interpretativo que impera actualmente, y su consecuente utilización como fines políticos contra adversarios del poder de turno. Delitos o agravantes que no estuvieron, ni están, en el Código Penal, sino en un Tratado internacional ratificado con posterioridad a los hechos, cuya aplicación retroactiva está expresamente prohibida en su artículo 24, al igual que en la Constitución Nacional.
· Se han desconocido, también, y sólo a ellos, los institutos de la prescripción de la acción penal, de la cosa juzgada, del non bis in idem y de la aplicación de la ley penal más benigna.
· Se ha invocado, dogmáticamente, la costumbre internacional como sucedáneo de la ley penal escrita, sin tener precedentes de esa costumbre y atribuyéndole fuerza imperativa.
· Se les ha quitado al Congreso de la Nación y al Poder Ejecutivo los dos instrumentos que la Constitución les otorga para cumplir el mandato de "consolidar la paz interior", revisando e invalidando los indultos y las dos leyes de amnistía dictadas por el Parlamento, llamadas "de obediencia debida" y "punto final". Y sólo en perjuicio de ellos.

Sólo a ellos no se les aplica el "plazo razonable" para su juzgamiento, consagrado por el Pacto de San José de Costa Rica, y se les agravan las condiciones de encierro, manteniendo prisiones preventivas por tiempo indefinido y a personas que superan los setenta años, edad en que los jueces deben conceder la prisión domiciliaria. Las cárceles no deben ser instrumentos de tortura y no están preparadas para recibir ancianos ni enfermos; haberlo olvidado ha generado decenas de muertos en cautiverio.

La conculcación de los principios apuntados permite afirmar que todos los ciudadanos estamos en libertad condicional. Abandonar la legalidad para alcanzar lo que, algunos, creen que sería justo, significa la destrucción del sistema civilizado de convivencia. Ningún ciudadano debiera consentirlo, y ningún hombre de Derecho dejar de denunciarlo.

Entienda el señor Presidente, y entiendan los señores ministros, que nuestra Asociación no es un grupo de presión, como otros que pululan para continuar librando la desgraciada contienda de los años setenta bajo registro forense. A nosotros no mueve, repetimos, nuestro deber irrevocable de abogados, y nuestra obligación primaria de ciudadanos, por la Justicia y la Concordia. No exaltamos, retrospectivamente, los crímenes de unos u otros, ni propiciamos repetir hoy las demasías de ayer, como esos grupos de presión que, convertidos en parásitos de la curia, lo hacen a diario. No intentamos, tampoco, legalizar en actas judiciales una versión sagrada de la historia, haciendo que los jueces no juzguen personas sino que juzguen el pasado, como también oímos repetir diariamente. Queremos recuperar un derecho que dé a cada uno lo suyo, sin negar a nadie, por razones ideológicas, lo suyo correspondiente, y queremos recuperar la paz interior para poder, con espíritu de misericordia, acariciar cada herida del pasado y retirar la mano seca, en lugar de dejarlas sangrar a designio.

Esto es lo que hubiéramos querido plantearle en la audiencia que oportunamente solicitamos. De todos modos, señor Presidente, sea en su despacho o aquí, en la vereda de nuestro Palacio de Justicia, tenga en cuenta que hay una Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia que no cejará en alcanzar sus objetivos; que a cada iniquidad y a cada desunión opondrá el derecho; y que estará recordando continuamente a los jueces el principio clásico de que "peor que sufrir una injusticia, es cometerla".

No se nos escapa, señor Presidente, señores ministros de la Corte, que están sufriendo ustedes, en este momento, inicuas presiones por parte del Ejecutivo, de miembros del Legislativo y de los grupos de presión que recordábamos más arriba, esto es, de todos aquellos que pretenden convertir la justicia en su propia venganza, y la paz en el regodeo de su triunfo. No contentos con haber conseguido, en los estrados, un derecho ínfimo para sus enemigos, ahora van por más. No dude, excelentísimo Tribunal, que esta Asociación está a su lado frente a este intento de subyugación, precisamente porque están en juego la justicia y la concordia. Estamos a su lado, aunque sea en la calle.

Mariano Gradín (Secretario) Alberto Solanet (Presidente)

domingo, 9 de mayo de 2010

Trigésimo Octavo Homenaje a las Víctimas del Terrorismo


Nos encontramos nuevamente en esta histórica Plaza para concretar nuestro Trigésimo Octavo Homenaje a las Víctimas del Terrorismo. Traemos paz en nuestros corazones y serenidad en nuestras actitudes, pero también traemos la firmeza necesaria que surge de saber que estamos poniendo nuestro granito de arena para equilibrar tanta tergiversación de la historia. Si los argentinos no recuperamos el valor de la historia estamos condenados a repetir los errores del pasado.


Recordamos hoy a las víctimas que encontraron la muerte en los meses de abril de la década del 70. Sesenta personas perdieron la vida en manos de la demencia terrorista de montoneros y erpianos. Todos ciudadanos argentinos pertenecientes a diferentes ramas del quehacer nacional, lo que demuestra acabadamente que los actos terroristas no discriminaban entre civiles y militares. El pueblo argentino era el enemigo que había que dominar por la fuerza. Había que construir la patria socialista aunque toda la sociedad se opusiera. Ellos eran los iluminados, los adelantados a su tiempo, los dueños de la verdad. Los que se opusieran a sus proyectos merecían la muerte, y ellos eran el brazo de la justicia. Eran la soberbia armada y nadie podía objetar su legitimidad.´


En el período considerado fueron asesinados 9 efectivos del Ejército Argentino, 4 hombres de la Armada y un miembro de la Fuerza Aérea Argentina. Dos efectivos de la Gendarmería y de la Prefectura también fueron blancos del terrorismo, mientras que las fuerzas policiales fueron quienes brindaron la mayor cuota de sangre en manos de las Bandas Terroristas de Firmenich, Kunkel, Bonasso, Duhalde y compañía. 8 muertos sufrió la Policía Federal durante los meses de abril de la década del 70, mientras que las policías provinciales sumaron la totalidad de 35 efectivos asesinados.


Nueve fueron los civiles que en este período también recibieron la muerte en distintos tipos de atentados. Un empresario, tres ejecutivos, un periodista, dos funcionarios, una trabajadora y un ex juez de la nación, fueron los blancos seleccionados por los que ayer y hoy reclamaban y reclaman por los derechos humanos. Cuánta hipocresía… cuánta mentira… cuánto engaño se esconde detrás de la nueva historieta oficial conque se pretende explicar lo sucedido en la trágica guerra sufrida por los argentinos en los años 70.


De todos los crímenes enunciados, por los efectos que tuvo hacia el futuro, quisiera referirme al asesinato del Doctor Jorge Vicente Quiroga, ultimado por un comando del Ejército Revolucionario del Pueblo, el día 28 de abril de 1974. ¿Por qué fue asesinado este digno representante del Poder Judicial de la Nación? Porque en el año 1971 había sido nombrado Juez de una de las Tres Salas que componían la Cámara Federal en lo Penal de la Nación, creada específicamente por el poder político, para combatir con la ley en la mano a las actividades terroristas que ya estaban sacudiendo a la república. Y el Juez Quiroga había tenido a su cargo el procesamiento y condena de muchos delincuentes terroristas que habían atentado contra el orden público. Nueve fueron los jueces que conformaron esta cámara, llegando a iniciar procesamiento a 2000 terroristas, con más de 600 condenas firmes hasta el momento de su disolución.


Fue durante la breve presidencia de Cámpora, iniciada el 25 de mayo de 1973, cuando se pulverizó el último intento civilizado para combatir al terror con la ley en la mano. No contento con indultar y amnistiar a todos los guerrilleros condenados, se resolvió disolver la Cámara Federal en lo Penal y a todos los instrumentos legales creados para anular el accionar de las bandas armadas.


Ya en libertad, los terroristas iniciaron una terrible campaña de amedrentamiento sobre la justicia para que nunca más ningún juez se atreviera a jugarlos. De los 9 jueces que conformaron la Cámara Federal en lo Penal, después de numerosas amenazas y atentados, 8 lograron emigrar al extranjero, pero el Juez Quiroga no tuvo esa suerte y cayó asesinado por haber cumplido con su deber.


Con dolor hay que aceptar que la campaña de amedrentamiento le dio sus frutos a las bandas terroristas, ya que desde la disolución de la Cámara Federal, ningún terrorista volvió a ser condenado por la justicia. Y esta impunidad se mantiene hasta el presente.


Y la campaña de amedrentamiento a la justicia no ha terminado. En los 70 se usaban las armas… en el presente se han edulcorado las formas, pero se sigue manteniendo la finalidad última de intimidar a la justicia. Para ello el montonero Carlos Kunkel, ya no necesita empuñar su arma, le basta con el puesto en el Consejo de la Magistratura, desde donde maneja a su antojo los juicios políticos sobre los jueces que no aceptan pertenecer al rebaño montonero.

Por este camino no es posible encontrar soluciones al drama argentino.

Más de 800 presos políticos y más de 90 muertos en cautiverio comprueban la irracionalidad de una justicia manipulada por sectores que han hecho del odio la militancia de su vida.

Nuestros hijos no merecen heredar un conflicto del cual no formaron parte.
Todavía estamos a tiempo… Solo hace falta que la clase dirigente que surja de la crisis que estamos viviendo, tenga la grandeza y el coraje de optar por la reconciliación frente a la venganza.


Muchas gracias

domingo, 2 de mayo de 2010

Homenje al juez Jorge Quiroga

El 28 de abril proximo pasado, LA ASOCIACION DE ABOGADOS POR LA JUSTICIA Y LA CONCORDIA concreto un acto publico en homenaje al Dr. Jorge V. Quiroga, asesinado por el ERP el 28 de abril de 1974.El homenaje se llevo a cabo a las 11.00, sobre las escalinatas de la puerta principal de acceso al Palacio de Justicia (Talcahuano 550).En la oportunidad hizo uso de la palabra el Dr. Gerardo Palacios Hardy. En los links marcados a continuacion se puede acceder a videos imperdibles de las palabras pronunciadas en dicho homenaje.

http://www.youtube.com/watch?v=AbLms44fXdw&feature=player_embedded

http://www.youtube.com/watch?v=rryEovBQQdA&feature=player_embedded

http://horaciopalma.blogspot.com/2010/04/palabras-del-dr-palacios-hardy-homenaje.html