martes, 6 de marzo de 2012

UN NUEVO AGRAVIO AL DERECHO DECLARACIÓN DE LA ASOCIACIÓN DE ABOGADOS POR LA JUSTICIA Y LA CONCORDIA

La señora de Kirchner inició su discurso ante el Congreso de la Nación saludando especialmente al ex juez Garzón y diciendo que se sentía honrada por su presencia. La mayor parte del público, en una coreografía que no parecía improvisada, se puso de pie, mientras las cámaras de la televisión mostraban al homenajeado, escoltado con parvedad por Carlotto y Bonafini. Dos días después, uno de esos ignotos legisladores anunció que el expulsado togado español sería investido como asesor de la Comisión de Derechos Humanos de la oficina del Poder Ejecutivo que alguna vez fungió como Parlamento.
La Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia se permite recordar a estos personajes, que Garzón fue excluido de la judicatura por un fallo del Tribunal Supremo de España, que lo encontró culpable de haber violado los derechos de personas sometidas a su juzgamiento. Ese mismo tribunal, en otras dos causas y por seis votos contra uno, lo absolvió del delito de prevaricación. Aunque cabe aclarar que los términos de dicha absolución son también suficientemente condenatorios, ya que trata a Garzón cuanto menos de ignorante y le imputa haber violado el principio de legalidad.
En pocas palabras, desde la Presidente de la Nación hasta el último corifeo que enrojeció sus manos aplaudiendo a Baltasar Garzón, sin olvidar a las madres y abuelas que tienen en la Argentina el monopolio del dolor, dijeron al mundo (y en especial a España) que el derecho, la justicia y las leyes no les importan un ardite cuando está en juego la proterva ideología a la que sirven.
Garzón, hoy modelo de juez inicuo, ha sido condenado y echado de la magistratura (¿puede haber cosa más infamante tratándose de una magistrado?), por el voto unánime de un tribunal de la más alta jerarquía, al cabo de un proceso ventilado de acuerdo a las leyes de un estado democrático, con el que la Argentina mantiene – en apariencia – lazos de amistad y recíproco respeto. Pero como el condenado ha sido Baltasar Garzón, aliado ideológico y sirviente funcional de los que aquí mandan, todo aquello no sirve de nada.
La Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia no se cansará de advertir que la justicia en la Argentina, salvo honrosas y cada vez más raras excepciones individuales, se ha convertido hoy en una farsa. Este episodio, que se suma a tantos otros de diaria persistencia, confirma nuestra alerta:
NADIE ESPERE NADA DE LA JUSTICIA ; TODOS LOS ARGENTINOS VIVIMOS EN LIBERTAD CONDICIONAL
5 de marzo de 2012

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